Reseña Wine Tour Familia Schroeder

(*) Por Roberto Colmenarejo

Como ya es un clásico, estuvimos en el último Wine Tour del Hotel Sheraton Córdoba. En esta oportunidad, la distribuidora local Corceba presentó los vinos de la bodega neuquina Familia Schroeder.
 
La recepción del evento comenzó pasadas las 21.30 hs, con aperitivos en forma de miniaturas saladas, un clásico del hotel donde la cocina comandada por el chef Emiliano Toledo Arévalo se luce con sus inspiradas creaciones en miniatura (muy gustosos los pinchos de tortilla española con longaniza, así como los paquetitos de salmón y pomelo en masa philo). Para acompañar estos amouse-bouches se convidó el Saurus Extra Brut ($110), un espumoso método charmat de perfil simple, liviano y fresco; que acompañó amablemente los appetizer.

Ya sentados a la mesa, luego de una recepción bastante dilatada, el primer paso del menú fue una tostada, yema azucarada y panceta, un plato bien fresco y original, con el huevo desnaturalizado en azúcar -sin cocción- y un variado contraste de sabores. Fue presentado junto al Saurus Pinot Noir 2011 ($93), un vino tinto sencillo y de silueta delgada, paso de boca veloz, taninos delicados y breve persistencia. Las sutilezas de plato y vino se respetaron entre sí, dando lugar a un buen acuerdo.  

La cena continuó luego con una pasta de cabrito con puré de berenjenas e hinojo: dos raviolones caseros -rellenos de cabrito braseado- presentados en diferentes texturas,  realmente muy apetitosos. Para acompañar este plato se sirvió el Saurus Patagonia Select Cabernet Sauvignon 2008 ($165), un tinto patagónico sabiamente envejecido, con destacada tipicidad varietal y gran elegancia. Brindó aromas frutales maduros, especiados y algo terrosos; en boca se mostró de cuerpo medio y paso franco, con taninos pulidos por la estiba y moderada permanencia. ¡Una armonía muy agradable, que permitió que plato y vino se realzaran mutuamente!

El tercer plato fue un contundente lomo ahumado, risotto con paté y jugo de cocción con aroma de pimienta, una preparación de carne vacuna de gran terneza y buen punto de cocción, servida sobre un apetecible risotto mantecado con un paté clásico. Para este paso del menú -como era de esperarse por lo suculento del mismo- se ofreció la nueva cosecha del Saurus Barrel Fermented Malbec 2013 ($288), un tinto intenso, complejo y pleno; con aromas florales, terrosos y de frutas pasas. Al llevarlo a la boca propuso una entrada seca y un paso firme, con buen cuerpo, acidez balanceada y taninos algo apretados que sostuvieron una larga persistencia. Un gran vino, muy disfrutable hoy, pero que sin dudas ganará matices con un tiempo más de estiba en botellas. Otro acierto en el maridaje, dada la versatilidad del Malbec para acompañar carnes rojas.

Cerrando la comida, el postre fue una golosa medialuna crocante con texturas de quinoto y yogurt, una deliciosa galleta de manteca, sobre la cual se montaron variadas preparaciones -curd, bombón, pannacotta- de quinotos y una suave crema de yogurt. Una dulzura irresistible y vistosamente presentada, digno colofón para una gran velada. Aquí se sirvió nuevamente el espumoso Saurus Extra Brut ($110), que si bien sirvió para el brindis final, quedó algo deslucido frente a la intensidad dulce del postre.  

No podían faltar -como de costumbre- los tradicionales sorteos organizados por Nicolás Costantini, para que muchos invitados se fueran además con una botellita bajo el brazo.

La sobremesa se estiró un buen rato, acompañada con buen café y delicados petit fours. Cuando el reloj marcaba casi la una y media de la mañana, saludamos a los amigos y dejamos el hotel para volver a casa y descansar…  

¡Nos vemos en el Wine Tour de agosto, con nuevos vinos y exquisitos platos!   

(*) Sommelier y docente – [email protected]

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