Noche de whiskies de Canadá e Irlanda

(*) Texto y fotos de Mariano Sahade

De la mano de Whisky Malt Argentina y Saint Andrews Scottish Bar, está teniendo lugar martes de por medio una serie de encuentros que apuntan a ayudar a descubrir el Mundo del Whisky para todos los amantes de esta bebida.

En encuentros previos disfrutamos de Single Malts (o whiskys de pura malta) y Blended Whiskys, y en la tercera estación de, que se realizó el 23 de julio, tuvimos la grata oportunidad de probar whiskies de Canadá e Irlanda que agradaron a los conocedores y sorprendieron a los expertos.

La noche comenzó con Daniel Estremadoyro, experto conocedor de whisky, comentándonos sobre la historia de los whiskeys irlandeses, las épocas doradas de la industria, su caída y cómo de a poco se fue recuperando. También aprendimos que la variante de denominación entre “whisky” y “whiskey” sirve para diferenciar a los destilados de países vecinos como Escocia e Irlanda o Canadá y Estados Unidos, pero no responde a ninguna regulación legal.

Llegamos así al primer invitado, el Jameson tradicional, que son la suavidad que le dan tres destilaciones y con sus notas a manzanas, flores, miel y pan recién horneado maridó perfectamente con la entrada que consistía en pinchos de camarones, tomates cherrys y queso brie. Luego hizo su aparición el Connermara, uno de los pocos whiskey ahumados irlandeses, que con su potente sabor y sus notas a chocolate y madera, nos sacó el poco frío que nos quedaba.

Daniel comenzó a contarnos sobre el whisky canadiense y como algunos de ellos se fabricaban con centeno y que esto, si era añejado correctamente, brindaba un producto más refinado que alguno de sus primos de Estados Unidos, lo que le dio gran atractivo durante la época de la ley seca. Seguimos la degustación con el Canadian Club de seis años, que inspiró con sus aromas y sabores a caramelo, almendras y vainilla a los cheff Nicolás y Paulo para presentarnos un exquisito plato principal que constaba de un ballotin de pollo relleno con (hongos, pistachos y sour cream) salsa de pimientos amarillos y guarnición de vegetales grillados.

Para terminar la noche, fuimos seducidos por el Crown Royal, uno de los whisky canadienses más reconocidos, que armonizaba sus matices de vainilla, caramelo y mermelada de frutos rojos con el postre, un volcán de vainilla relleno con frutos rojos y helado de crema americana y amapolas.

La alegría y el gran nivel de conocimiento del disertante, la buena comida y el buen ambiente se fusionaron para potenciar una noche de aprendizaje sobre el mundo del whisky (y whiskey) en otra velada inolvidable. Así que, como siempre, si todavía no han participado de los encuentros previos, los invito a que no se pierdan el último, que tratará sobre whiskys de Estados Unidos o Bourbons.

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