Por Valentina Livolsi (*)
Benatti Wines es un proyecto que se fue tejiendo día a día, entre familia, vides y montañas. Para conocer más, entrevisté a Antonella y Andrés Benatti, que nos llevan de viaje por su historia para descubrir un presente que se las trae.
-Cuéntenme un poco de su infancia, su juventud, los estudios, la actualidad… ¡Las historias son más lindas desde el inicio!
Anto: Somos hermanos, nacidos en Córdoba capital, nos llevamos dos años de diferencia así que somos muy unidos, siempre compartimos muchos momentos juntos, viajes, salidas, fuimos al mismo colegio, después Andrés siguió la Carrera de Medicina y yo la de Administración de Empresas.
Andrés cuando se recibe, se va a vivir a México para especializarse y luego a San Diego, California, allí teniendo a Napa Valley y Sonoma tan cerca es donde empieza a meterse de lleno en los vinos, a conocer más sobre el tema, y se vuelve un apasionado.
Por otro lado, en mi caso, luego de casarme me fui a vivir a Santiago de Chile donde también comienzo a disfrutar de los viñedos y bodegas de aquel país y poco a poco, también me fui enamorando de todo lo que rodea al mundo vitivinícola.
Actualmente Andrés ya está de regreso en Córdoba y yo me mudé a Lima, Perú.
-¿Cómo surge la idea y cuáles fueron los principales disparadores?
Anto y Andrés: La idea surge cuando decidimos llevar a cabo un proyecto en conjunto para compartir más tiempo juntos ya que desde hace varios años estamos viviendo en diferentes países por distintas razones.
Eso hacía que cada vez que nos encontrábamos era un motivo de celebración y siempre era con una botella de vino de por medio, entonces en una cena pensando qué era lo que más nos unía llegamos a la conclusión de que era compartir una copa, una buena charla, en definitiva, un momento placentero y así surgió la idea de producir nuestros propios vinos para que nos acompañen en cada encuentro, que no son tan seguidos pero sí muy disfrutables como nuestros vinos donde cada varietal representa algo de nuestra historia.
Desde este concepto, decidimos hacer un Malbec-Malbec llamado Gran Salvador, inspirado en mi primer hijo y ahijado de Andrés, y la línea Petit Blonde, un juego de palabras que representa la historia de nuestra madre y su hermana gemela, las cuales son muy unidas con un vínculo muy especial. De esta manera, con cada línea vamos contando un poco más de nuestra historia, inspirada en la familia y los amigos.
-¿Cómo dieron con estos lugares para empezar a vinificar?
A y A: Para contarles como dimos con los viñedos, primero tenemos que contarles como dimos con el súper equipo técnico que nos acompaña en Mendoza y sin los cuales hubiera sido imposible llegar a donde hoy estamos.
Conocimos a Fran Evangelista, agrónomo con más 25 años de experiencia en el rubro y a todo su equipo de CrowdFarming Wine. A partir de allí ¡comenzamos un trabajo en conjunto hermoso! Una vez que definimos el perfil de los vinos que soñábamos, comenzamos a buscar pequeños productores que compartieran la misma pasión que todo nuestro equipo, ya que entendemos que eso nos va a dar la mejor materia prima, uvas de gran calidad.
Chacayes, Altamira, Lunlunta y Ugarteche hoy son las regiones que se expresan en cada botella de Benatti Wines y a la hora de vinificar, lo hacemos en reconocidas bodegas con los más altos estándares de calidad, asegurándonos la excelencia en cada etapa del proceso.
-Hablemos de los varietales, ¿por qué esos? Me interesa mucho el Rosado de Garnacha…
A y A: Nuestro Malbec-Malbec es realmente algo único para nosotros, cada vez que se descorcha una botella nos sorprende por su complejidad, su evolución y expresión, ¡y eso nos encanta! ¿Qué podemos agregar de Chacayes y Altamira? Quizás dos de las zonas más importantes y buscadas hoy del Valle de Uco y la combinación de perfiles de Altamira/Chacayes, ¡es explosiva!
Con respecto a nuestro Rosé, con toda humildad te podría decir que es la estrella de la bodega, este año vinificamos la Garnacha lo que nos dio un poquito más de alcohol y un descenso de la acidez, sin perder el perfil del rosado de la Provence que tanto ha gustado.
Y este año lanzamos nuestro Sauvignon Blanc de Lunlunta, mucha fruta tropical y algo de ruda que nos da un perfil muy particular. ¡Va a ser un blanco que va a dar que hablar!
Y como novedad te contamos que se viene nuestro Cabernet Franc y un Gran Reserva Icono muy pronto.
-¿Cómo se ven a futuro? ¿Hacia dónde y quiénes quieren dirigir el portfolio?
A y A: Nos vemos disfrutando de este proyecto, viajando juntos para descubrir nuevos varietales, recorriendo bodegas, creando nuevas cepas, queremos que Benatti Wines esté en todo el mundo. Siempre trabajando con nuestro equipo de CrowdFarming, por supuesto.
-¿Quién es el enólogo de Benatti Wines? ¿Su momento favorito al ser parte del proceso?
Anto: El equipo enológico se compone de Fran Evangelista, agrónomo y Emi Martinez, enóloga. Ellos son las mentes brillantes detrás de nuestras creaciones junto a un gran y maravilloso equipo, Dani, Marti, Juli, Martin, Facu, Virgi y muchos más.
Andrés: Sin dudas, el momento favorito es cuando estamos todos juntos creando y planificando las nuevas añadas y proyectos. Tenemos un vínculo que va más allá de lo profesional, nos sentimos familia y este proyecto lo hicimos entre todos; y eso es una gran diferencia.
Un sólido y tenaz trabajo en equipo, junto a la pasión por lo que hacemos, solo puede generar grandes experiencias y momentos, que al fin y al cabo, son los motivos de esta historia.
El equipo.
-Y ahora, un breve ping pong de “maridajes” que van más allá de un plato.
¿Cuál es su plato favorito y con qué vino elegirían maridarlo?
A y A: Sushi con nuestro Rosé
¿Cuál es su ciudad favorita en el mundo y qué vino sería el ideal para descorchar?
A y A: Cualquier ciudad con playa para tomar nuestro Sauvignon Blanc helado a la hora del sunset.
¿Una peli que amen con el vino perfecto para tomar de principio a fin? ¿Y para disfrutar su libro favorito?
Anto y Andrés: Tanto para una peli o libro, sin duda, elegimos el Gran Salvador malbec, un vino que hay que darle su tiempo en la copa, esperarlo e ir sorprendiéndonos con cada sorbo.
¿Qué me dicen del disco que les cambió la vida y la cepa perfecta para escucharlo?
A y A: No sé si nos cambió la vida, pero nos quedó grabado para siempre, 3980 el disco de los Vilma Palma de 1993, tenía ocho años y Anto seis, fue el primer CD que nuestros padres nos regalaron, lo escuchábamos todos los días y para nosotros era lo máximo. Pasar del cassette al CD era un avance tecnológico enorme en esa época ¡jaja! Hoy lo pondría a todo volumen con cualquiera de los Petit Blonde bien fríos.
Si estuviesen en una isla desierta y solo pudieran tener con ustedes tres cosas, ¿cuáles serían?
Anto y Andrés: Llevaríamos un Gran Salvador Malbec, una copa y un buen sacacorchos.
Esta bodega se ganó mi corazón y tiene mucho para contar. Mini historias que se siguen sumando, familias que se conectan a través de la vid y sus encantos. Vinos con la montaña y los ríos de Mendoza como testigos de, que poco a poco, estarán en boca -y copas, esperamos- de mucho más!
