Jerez y Cádiz: flamenco y vinos

Crónica y  fotos de Nicolás Marchetti (*).

El tercer día en España iba a ser movido. 110 kilómetros por autopista separan a Benacazón (a donde hicimos noche luego de visitar Carmona y Utrera) de Jerez de la Frontera, rumbo al sur y la costa del Atlántico. Por lo que vemos al llegar en nuestro bus, Jerez es tierra de motos, de caballos de paso, de flamenco y de vinos. Los monumentos en el ingreso de la ciudad y las visitas imperdibles de la ciudad tienen que ver con eso.  

Es así que el viaje organizado por el Ministerio de Turismo Español para 9 periodistas latinoamericanos siguió con la visita a la bodega Sandeman (fundada en 1970 por el escocés George Sandeman), que a fin de cuentas terminó siendo una visita ideal para aprender sobre los afamados vinos de la zona, influenciados por la presencia del mar a 20 kilómetros y bendecidos por la tierra “alveriza”.

La alberiza es un tipo de suelo que absorbe humedad como ninguna, por eso no es necesario aquí el riego por goteo. Es más, su denominación de origen controlada (DOC), la primera de España -data de 1958- así lo establece por más que el sol arda en verano (no olvidar que estamos muy cerca de África). Según los especialistas, llueve poco pero lo justo y necesario para mayor expresividad de la uva.

El logo de la bodega Sandeman está compuesto por una capa y un sombrero, y es conocido por ser el primer logotipo de una bodega en el mundo entero. Data de 1928 y por un lado representa con el sombrero a estas tierras españolas y por el otro con una capa a Portugal, ya que el mismo empresario abriría al poco tiempo de la primera otra bodega en Oporto, para comercializar ambos vinos en Londres. De todo esto nos enteramos en un muy buen video institucional proyectado en el micro cine de la bodega.

La visita a Sandeman termina con la vista del “patioandaluz” de la bodega (precioso) y con un cata de tres de sus variedades“fortificadas” (a las que se le agrega alcohol vínico): Fino, Oloroso y Amontillado, cuyas crianzas van de los 2 a los 30 años en barricas americanas y con un sistema de soleras y criaderas que garantizan la obtención de la misma calidad de vino año a año.

Resultó una visita muy interesante, de punta a punta. A nodudar y a llegarse que vale la pena si andan por Jerez.

La Real  Escuela Ecuestre

A pocos metros de Sandeman está la Real Escuela Ecuestre de Jerez de la Frontera, que realiza varios espectáculos semanales mostrando destrezas centenarias de caballos y jinetes, una tradición española dedicada ala doma clásica con el objetivo de “elevar a la altura del arte” a esta tradición de la campiña española.

El espectáculo dura poco más de una hora y las destrezas sonsorprendentes. El valor del ticket es de 21 a 27 Euros según la ubicación en este lujoso micro estadio dotado de luces y sonido de alta fidelidad, y que tiene el tamaño justo para apreciar cómodamente cómo estos caballos bailarines “contienen sus ansias en la pisada elegante”, tal como reza el relato en el altavoz.

Almuerzo con sorpresas

Luego de tanto paseo, a la hora del almuerzo, restaurante clásico recomendado por el guía local es La Carboná (foto principal). Aquí se puede disfrutar de un delicioso pastel de caballa con queso de cabra y láminas de manzana, acompañado de otro vino típico de la zona, El Palo Quebrado.

Otro plato espectacular resultó el de alcauciles salteados con langostinos y vino Fino, o la corvina con puré de guisantes, tal como le llaman aquí a las arvejas. Por último, un plato para compartir y que sorprenderá a más de un argentino amante de las carnes: el chuletón de res, una costeleta gigante de carne de vaca de Cantabria (norte de España) madurada durante 45 días, proceso que le otorga ese sabor y esa terneza tan pero tan particular.

Más allá del buen sabor de la carne (lo sepamos: ya no tenemos la mejor carne del mundo), la reflexión aquí viene por el lado del conocimiento por parte del mozo y el cocinero de la casa sobre la procedencia de la chuleta. ¿En Córdoba el carnicero, el mozo, el chef, sabe de dónde viene la carne que está ofreciendo?

¿Acaso sabe también que la carne de vaca argentina ya no viene de vaquitas que andan al sol por la Pampa comiendo deliciosas hierbas sino de corrales a donde comen alimento balanceado y por qué no un poco de antibióticos? Hay mucho por aprender todavía, pero no faltará oportunidad para profundizar sobre ese tema tan importante. Si quieren un avance, pueden ver la película Requiem para la carne gaucha, haciendo clic acá.

Para el final, el postre recomendado es el helado de quesocon salsa de frutillas. Muy rico, fresco y original. Nos deja listos para dormir la siesta en el bus, rumbo a Cádiz, no sin antes tentarnos con unos dulces de las vidrieras de Jerez de la Frontera.

Pasión gitana

Luego de Jerez el paseo siguió hacia Cádiz, ciudad con unparecido sorprendente a La Habana (Cuba). Es tremendamente hermosa, mira al Atlántico (fuecentro del comercio internacional durante la colonización) y fue la sede dondese escribiera la constitución española de 1812, en su momento un ejemplo liberalpara el mundo e inspiradora para las constituciones de América.

Su costanera es el lugar a donde la caminata de la tarde es obligatoria para residentes y turistas y a dónde por supuesto se puede disfrutar de una caña y una tapa en sus chiringuitos de playa. Dos horas se van como si nada ante semejante belleza paisajística y arquitectónica.

A la noche, luego de un buen descanso en el tremendo Hotel Playa Victoria Cádiz (todas las habitaciones tienen balcón al mar), se impone el flamenco, con la visita a una taberna conocida como La Cava, ubicada en la zona antigua de la ciudad y a la que se accede a través de pintorescas callecitas empedradas. Allí se ofrece todas las noches un show de canto y baile a un precio que incluye la copa o la cena (de 22 a 39 euros).

El talento y la pasión se conjugan para pasar una noche inolvidable al ritmo del arte gitano, acompañados por supuesto de jamón, queso manchego, aceitunas rellenas de anchoas, croquetas, chicharrón especiado (un jamón casero hervido condimentado con pimentón)  y tortilla de patatas, otro clásico que se ve en los bares en toda España, incluso montada sobre un pan.

Los artistas están poseídos por su pasión y dejan la vida encada acto. El canto, el rasguido y el baile salen de las entrañas y eso siempreresulta conmovedor, en cualquier disciplina. Cuando aparece por fin “el duende”(así le llaman a la magia que se apodera de la atmósfera), es una experiencia inabarcable.Un complemento ideal para una vista a estas tierras.

Luedo tanto taconeo en el tablao, de tanto canto y baile entre quesos y fiambres, nos vamos al cuatro estrellas a descansar con el mar en nuestros oídos. El cuarto día sería el más movido de todo nuestro viaje por la bella región de Andalucía.

PD.: Si querés leer la primera parte de esta nota (en Madrid) hacé clic acá. Si querés leer el segundo día en Carmona y Utrera, hacé clic acá. Si querés el cuerto día en el puerto de Cadiz y la Antigua Sevilla, hacé clic acá.

(*) Director de Circuito Gastronómico.

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