(*) Por Roberto Colmenarejo
La próxima semana, más precisamente el lunes 17 de abril, se celebrará el Día Mundial del Malbec. Una propuesta de “Wines of Argentina” (la entidad responsable de dar a conocer el vino argentino en el exterior), que se replica simultáneamente en las principales ciudades del mundo y tiene como objetivo promocionar el consumo de nuestra uva emblemática.
En Argentina el Malbec casi no necesita publicidad. Es el cepaje más plantado en nuestros viñedos, así como el más habitual en nuestras mesas (desde hace más de un siglo, incluso cuando en las etiquetas de vino todavía no se mencionaba la uva). Lo más interesante de esta variedad es que no para de sorprendernos. Hay clásicos que se renuevan año tras año, así como vinos originales de zonas que no hubiésemos imaginado hace poco tiempo atrás.
Si quieren elegir “el Malbec nuestro de cada día”, aquí tienen siete buenas sugerencias:
Santa Florentina Malbec 2016 ($75): Pruebo cada cosecha de este sencillo Malbec riojano desde hace una década, y siempre me satisface completamente por su precio. Un vino fácil de beber, para acompañar la comida diaria. Tiene aromas afrutados y algo herbales; que dan paso a una boca ligera y veloz, con balanceada acidez, taninos imperceptibles y breve permanencia. ¡Un verdadero campeón de la relación precio-calidad!
Otro Loco Más Malbec S/A ($99): Para aquellos paladares jóvenes que prefieren los vinos amables -levemente dulces-, les recomiendo este novel producto elaborado por la Escuela Vitivinícola Don Bosco (Rodeo del Medio-Mendoza). Presenta aromas de frutas maduras; unidos a una boca escueta y simple, con entrada apenas golosa, ajustada acidez, taninos mansos y corta persistencia. Un Malbec ideal para quienes se inician en el mundo del vino.
Tordos Malbec 2016 ($266): Una de las grandes novedades de este año, que ya puede encontrarse en algunas vinotecas locales. Se trata del proyecto personal del prestigioso enólogo Francisco “Paco” Puga, que muestra algo de lo que me animaría en llamar “nueva enología cafayateña”. Un tinto que no reniega de su carácter norteño, pero que se ofrece más amigable con el consumidor debido a su menor grado alcohólico, mayor fluidez y atenuada tanicidad. Seduce con una nariz plena de recuerdos frutales maduros -ciruelas pasas, higos-, especiados y terrosos. Al probarlo tiene silueta delgada, entrada seca y paso franco, con sabores apenas picantes, equilibrada acidez, taninos firmes y larga persistencia. ¡Perfecto para acompañar unas empanadas salteñas de carne cortada a cuchillo!
Chañarmuyo Malvece Roble 2014 ($285): Un Malbec sumamente original, proveniente del inhóspito Valle de Chañarmuyo (en el noroeste de la provincia de La Rioja, a más de 1700 m.s.n.m.). Exhibe una nariz limpia, con evocaciones de frutas rojas maduras y en mermelada -típica de zonas cálidas y secas-, además de ciertos trazos ahumados aportados por la guarda en barricas. En la boca se lo percibe corpulento y pleno, de paso carnoso, con ajustada acidez, taninos apenas rugosos y grata permanencia. ¡Para descubrir “otra cara” del Malbec, en un terruño nuevo de nuestro país!
Huentala Black Series Malbec 2015 ($344): Si buscan un Malbec “de manual”, que muestre lo mejor que puede ofrecer la cepa en el Alto Valle de Uco, esta sin dudas sería una opción muy acertada. Un tinto obtenido con racimos cuidadosamente seleccionados de Gualtallary (Tupungato), con vinificación tradicional y moderada crianza en roble. Regala una nariz compleja con diversas “capas”, que se van abriendo con los minutos en la copa. Primero aparecen fragancias florales y frutales en sazón -ciruelas, guindas-, luego toques balsámicos -anís, mentol-, para terminar con recuerdos levemente tostados y avainillados. Al ponerlo en la boca entrega su punto más alto: cuerpo medio, paso sabroso de perfil afrutado, buena textura y fluidez, taninos compactos -pero suaves- y una persistencia muy prolongada. ¡Excelente Malbec, para quedar “de lujo” en el asado con amigos!
Casarena Naoki´s Vineyard Malbec 2013 ($400): Otra primicia absoluta en las góndolas cordobesas, que llega de la mano de la Bodega Casarena. Un Malbec single vineyard -único viñedo- procedente de Agrelo (Lujan de Cuyo); que expresa un terruño de características algo extremas debidas a su marcado declive, suelo rocoso calcáreo y gran escasez de agua. El producto se elabora a la usanza moderna, recibiendo luego un añejamiento de 18 meses en barricas francesas nuevas (que casi ni se notan en el vino). Revela una paleta aromática bastante exótica; extremadamente floral -rosas secas, jarillas silvestres-, frutal madura y con una puntita “verde” muy atractiva -que le aporta frescura-. Al probarlo tiene cuerpo medio y paso sedoso, redunda en sensaciones herbales, con equilibrada acidez y taninos “redondos” que sostienen un grato final de boca. ¡Un Malbec para seguir sorprendiéndose!
Sunal Malbec 2014 ($650): Un vino que aún no hizo su desembarco en nuestra ciudad, pero que les recomiendo adueñarse de alguna botella tan pronto aparezcan (¡hay pocas!). Un blend de Malbecs de paisajes vitícolas de gran altura; que combina uvas de Hualfin (Catamarca, 2100 m.s.n.m.), Amaicha del Valle (Tucumán, 2200 m.s.n.m.), Pucará (Salta, 2400 m.s.n.m.) y Luracatao (Salta, 2700 m.s.n.m.); ideado por el joven ingeniero agrónomo Agustín Lanús. Un tinto de color violáceo profundo, con lágrimas bien densas. Propone una nariz de cierta austeridad, que deja entrever perfumes de frutas desecadas -higos, pasas-, especias picantes -pimentón, clavo- y dejos terrosos marcados. En la boca es voluminoso y robusto -pero nada rústico-, con paso franco, sabores maduros, correcta acidez, taninos macizos y largo post-gusto. Un producto que ya está listo para beberse, pero que también podrá guardarse un par de años sin inconvenientes. ¡Malbec “de colección”, para atesorar en la cava personal!
¿Y para ustedes, cual es el su Malbec preferido?
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(*) Sommelier y docente – [email protected]