Por Cebollita Caramelizada (*)
Este es un decálogo del Gastronómico Real al Cliente Crítico Digital, que sabe poco y nada de la buena educación y menos del buen comer, pero que se la pasa criticando y dejando basura personal en cada lugar que visita.
1) Somos cocineros de nuestro propio restaurante, no busque en nosotros los sabores de su madre o de su abuela. No los encontrará.
2) Escuchamos atentamente sus sugerencias pero no las tendremos en cuenta si lo que intenta es protagonismo virtual a través de palabras ofensivas.
3) Las redes son maravillosas pero también pueden convertirse en un gran vertedero cloacal. Como nosotros trabajamos en la higiene, desechamos lo que nos ensucia. No se limpie en nuestra reputación, la mantenemos nosotros no Ud.
4) Nos damos cuenta cuando no sabe comer según los adjetivos que utiliza. Sus papilas gustativas no son universales y menos, famosas: rico o feo son términos relativos y personales.
5) A través de FB o Instagram mostramos lo que hacemos y después de mucho esfuerzo. Sus extensos comentarios inapropiados piden más bien un analista. Busque su propio espacio de terapia ya que nuestro muro no cumple esa función.
6) Cuando nos critica, con certeza lo stalkeamos y vemos en sus fotos lo que verdaderamente ingiere. En general, abundan los exceso de harinas, de sodio y grasas saturadas. Exactamente lo que nosotros no ofrecemos.
7) La verdadera opinión es en el momento, al encargado y/o camarero. Posteriormente, no le sirve a nadie más que a su deseo de venganza.
8) Su descalificación no es importante para otros clientes porque ellos querrán vivir su propia experiencia. No malgaste la oportunidad de mostrarse educado.
9) La próxima visita, deje propina. No solo por el buen servicio sino por protocolo de quién sabe comportarse en un restaurante.
10) No somos responsables de su mal día, de su errónea compañía ni de sus horarios apretados. Para nosotros, comer es disfrutar, no apurar.
(*) Titular de un restaurante, cansado de la mala educación.