Por Florencia “China” Freijo
A dos horas de Córdoba Capital, el paisaje es imponente. Todos sabemos que si hay algo que tiene esta provincia es una energía especial que sólo se encuentran en las sierras. Sin embargo, lo que pocos saben es que además de arroyos y senderos de montañas, también existen largas extensiones de viñedos. Sí, porque Córdoba es también tierra de vino.
En 1998 se derogó la ley 12.137 que permitía sólo a la zona de Cuyo ser vitivinícola y desde ese momento fueron varios los que se aventuraron y apostaron por tierras cordobesas. Actualmente ya suman 13 bodegas en Córdoba; y a eso se suman unos 12 elaboradores artesanales y también 21 productores caseros concentrados principalmente en Colonia Caroya, Calamuchita y Traslasierra.
La calidad de los vinos y proyección de crecimiento para los próximos años con 135 viñedos activos hicieron que Córdoba fuera declarada provincia vitivinícola. Por eso, la ruta del vino cordobés es un viaje de enoturismo que los amantes de esta bebida no se pueden perder. Y también es especial para aquellas personas que disfruten de hacer un paseo diferente a lo convencional, para aprender cosas nuevas y por supuesto probar cosas ricas.
Más info: Catálogo de bodegas de Córdoba
Córdoba Wine Travel se encarga de hacer este recorrido. Se trata de un nuevo proyecto encarado por Laura Gissara y Mariano Saieg; una pareja de jóvenes viajeros y emprendedores que estudiaron, se especializaron y armaron esta propuesta para conectar a las personas con el mundo del vino; en una experiencia única y muy recomendada.
“Este proyecto surgió a raíz de otro emprendimiento que ya está en marcha que se llama ‘Te cuento dónde’ donde a través de fotos y reseñas muestro y recomiendo distintos lugares de Córdoba. A partir de ahí empezamos a recorrer distintas bodegas, especialmente en Traslasierra, y nos fuimos metiendo de a poco en este mundo del vino. Nos encantó tanto que surgió esta idea. Nos llevó bastante tiempo porque queríamos ofrecer un servicio de calidad. Yo estudié y me convertí en sommelier, y luego todo comenzó a tomar forma hasta que vio la luz en septiembre de 2018 donde salimos con el primer grupo”, contó Laura a Circuito Gastronómico.
“No había quien que haga enoturismo en Córdoba y decidimos ocupar ese espacio para que la gente pueda disfrutar de un día entero dedicado a los buenos placeres: la comida y el vino, con un detalle particular, que sea 100% cordobés”, agregó.
El tour que ofrecen suele ser de una jornada completa; ideal para quienes no disponen de mucho tiempo pero aún así son de los que hacen las clásicas “escapaditas”. La “excursión de sabores” arranca el sábado a las 9 de la mañana; la concentración es en los Capuchinos y desde allí en un colectivo contratado exclusivamente para la ocasión se parte para las sierras. Trabajan con distintos destinos, pero en este caso fuimos al Valle de Calamuchita a conocer dos bodegas boutiques: Finca Vista Grande y Famiglia Furfaro. ¡Aquí nuestra experiencia!
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Las primeras dos horas de viaje funcionan como introducción a la “desconexión”; y para despertarnos un poco. Lo ideal es predisponerse para este viaje, es decir, la noche anterior comer liviano; descansar; y estar preparado para probar muchos vinos, caminar; y conocer gente, porque es un viaje grupal donde la interacción es un plus que puede hacer el día mucho más especial. Los primeros vinos se degustan cerca de las 11 de la mañana; por eso el mate es un fiel amigo que esta vez deberíamos dejar en casa; ya que no sólo puede producir acidez previo a un largo wine day, sino que la intensidad de la yerba opaca y distorsiona los sabores que venimos a buscar.
Primera parada: Finca Vista Grande
Ubicada en Villa Ciudad Parque es la cuarta bodega que abrió en el valle de Calamuchita y una de las más nuevas de la provincia (inauguró en diciembre de 2018). Se trata de un proyecto familiar impulsado por Daniel Martineli y su hija Daniela, quien además de ser bióloga se especializó en la enología. Padre e hija hacen un excelente equipo para montar esta bodega de lujo en pleno corazón verde.
“Nuestro objetivo es hacer un vino frutado, no tan maderoso; que pueda expresar el concepto que venimos trabajando: ‘vinos para la memoria’, que sirva para recordar y compartir”, contó Daniel a Circuito Gastronómico.
Se dedican a hacer dos tipos de vinos: uno de reserva llamado “30/08” y otro más jóven llamado “Surmenage” y trabajan con distintos tipos de varietales: malbec, cabernet sauvignon, blend y también se lanzaron este año con un pinot noir (tinto más suave). Ambas líneas disponibles para probar y comprar durante la visita. Los precios oscilan entre los 200 y 420 pesos argentinos (abril 2019). Al no ser una producción en masa; no son vinos que se encuentran en la góndola del súper la única manera de degustarlos es yendo hasta allá; lo cual hace a la experiencia aún más única.
Al llegar nos recibieron los propios dueños, Daniel y su hija, y nos llevaron a recorrer la finca, la zona de producción y la cava y no escatimaron en explicaciones e información sobre cómo surgió el proyecto, cómo lo sostienen; también sobre las bondades del vino y los desafíos que deben afrontar para llevar adelante esta pasión.
Así aprendimos por ejemplo que el productor cordobés debe lidiar no sólo con el clima sino también con los animales que se comen las uvas, es por eso que a las plantas las suelen cubrir con una malla antigranizo y así evitan algunos dolores de cabeza por los pájaros y las lluvias.
Este tipo de viajes es ideal para curiosos, aprendimos algunas nociones básicas como:
- La dulzura del vino no tiene que ver con la cepa sino con el tiempo de cosecha.
- La uva es la que tiene el azúcar, mientras que el vino tiene alcohol.
- La materia prima es la uva y si ésta está enferma no se puede arreglar un vino. Es decir, el vino nace en el viñedo propiamente dicho.
Luego llegó el momento más esperado, la degustación de vinos con quesos en la sala principal de la bodega que cuenta con un amplio ventanal con vista a las sierras y una exposición que reivindica al arte. En esta oportunidad estaban las obras del artista Nicolás Menza.
Allí, no sólo los dueños sino también nuestra guía Laura, nos enseñaron a degustar los vinos y algunos tips para tener en cuenta a la hora de probarlos y mucho tiene que ver con usar nuestros sentidos: el olfato, el gusto, la vista, para afinar criterios.
- Un vino debe estar brillante, si se ve opaco es porque está “enfermo”.
- El color habla del estado del vino y no de la calidad; mientras que el aroma es lo que define la calidad; por eso, según nos comentaron, está bien meter la nariz dentro de la copa.
- Para poder percibir el vino en su totalidad debe ingresar aire a la boca luego del primer sorbo; por eso aunque suene incómodo no es “desubicado” hacer ruido.
- Los vinos no son iguales de un año a otro, por más que sea de la misma bodega, ya que la cosecha tiene que ver principalmente con el clima del momento.
“En Córdoba se pueden hacer exquisitos vinos y los tenemos acá, en nuestros lugares, en nuestra geografía, tomen vinos de Córdoba que son fantásticos”, fue lo que nos dijo Daniel para coronar una visita de lujo.
Dato útil: Se puede visitar de miércoles a domingos de 10 hs a 12 hs y de 17 a 19 horas. Reservas a fincavistagrande@gmail.com. Celular 3571569966.
Segunda parada: Almuerzo en finca Pu Duam
Llegó la hora del almuerzo; en un lugar épico: la finca “Pu Duam” en Villa General Belgrano. El nombre significa “todos los afectos” en mapuche y fue lo que los Passerini quisieron representar como familia. Si bien producen sus propios vinos muy pocos están a la venta porque lo hacen para los más queridos solamente; para disfrutar ellos mismos de su propia cosecha (aunque quienes visiten el lugar pueden tener el privilegio de llevarse algunas botellas).
Allí, en ese pulmón verde con vistas a los viñedos y una imperdible postal del Cerro Champaquí, se montaron las mesas para el grupo de 37 personas que integramos la nueva salida del Córdoba Wine Tour. Y con un violinista en vivo de fondo disfrutamos de la comida del reconocido chef Martín Altamirano; y de maridaje vinos cordobeses, por supuesto. Luego también recorrimos el territorio, y nos empapamos con las anécdotas y la historia del lugar.
- Entrada: Pastelitos de foie de hígado de pollo salteado con coñac francés de peras. Más tartarcito de peras con tomates, albahaca fresca, cebollas moradas, cilantro y salsa gastric de naranja. Maridaje: “Surmenage”, sauvignon blanc de bodega Vista Grande.
- Plato principal: Civet (estofado) de ciervo con puré de papas. Dato: La carne estuvo cocinándose durante 14 horas en vino, con cebolla, zanahoria, romero, laurel, comino, semillas de hinojo y pimentón, y esto se notó en la suavidad de la carne que se deshacía ni bien se pinchaba. ¡Delicioso! Maridaje: “Passerini”, bonarda, malbec, merlot de finca Pu Duam.
- Postre: Crumble de manzanas con helado de vainilla casero. Maridaje: “Primaterra”, chardonnay de bodega Famiglia Furfaro.
Martín Altamirano tiene su propio restaurante “La torgnole gastronomique” en el paraje La Paz, entre Ascochinga y Jesús María (ruta E-66 km 41). Y su propuesta es interesante ya que se trata de su propia casa, un tambo antiguo de 1883 donde ofrece platos de autor (fusión argentino-francesa) en formato “sorpresa”, para no más de 20 personas. Ideal para una salida más íntima y diferente “en el medio de la nada”.
Tercera parada: Famiglia Furfaro
También está ubicada en Villa Ciudad Parque y fue la primera bodega en desembarcar en esta localidad. Los hermanos italianos Hugo y Jorge Furfaro fueron quienes apostaron por estas tierras para producir nuevos vinos que aporten a la diversidad de las propuestas cordobesas, propias de los distintos terruños y las diferencias en los conceptos de elaboración. 
Cuando llegamos nos recibió Hugo; uno de los hermanos, un personaje verborrágico, energético, divertido y ocurrente. Definitivamente el recorrido con él se hace imperdible ya que no sólo conocimos todos los detalles de su aventura con este proyecto sino que además no pudimos evitar reírnos durante todo el trayecto.
Las primeras vides se plantaron en octubre de 2012, según nos comentó pero la primera etapa no fue un éxito como pensaban: sufrieron accidentes climáticos y también la mala suerte de que los animales de la zona les coman las uvas. Además la primera producción en 2015 fue “floja” ya que hicieron un vino muy suave, pero lo resolvieron de la mejor manera: lo enviaron al restaurante que tienen en Italia ya que en la región de Piamonte se suele tomar ese tipo de vinos. Por suerte, no fue una pérdida completa.
Con el tiempo, fueron perfeccionándose y actualmente producen el vino “Primaterra” de diferentes cepas: Malbec, Pinot Noir, Rosado., Malbec Reserva 2017; Blend Gran Reserva 2017 y Chardonnay (con gusto a durazno y anana luego de tres meses pasado por madera nueva). .
Durante la visita conocimos los viñedos; la zona de producción (donde tienen máquinas italianas con tecnología de última generación), la cava (donde guardan el vino en barricas de roble) y también tuvimos el placer de degustar los vinos.
“Buscamos hacer un vino de familia, con todo el amor posible”, resaltó Hugo en diálogo con Circuito Gastronómico.
Estos vinos también son casi exclusivos de la zona: para disfrutarlos hay que llegar hasta allá. Lo bueno es que esto brinda la oportunidad de conocer de primera mano de dónde viene lo que tomamos, la historia y conocer a sus productores. El costo de estos vinos oscila entre los 200 y 350 pesos argentinos (abril 2019).
Dato útil: Visita guiada gratuita. La ubicación precisa: R5-km 69, Villa Ciudad Parque, Valle de Calamuchita. Tel. 03546 15404236.
SOBRE CÓRDOBA WINE TRAVEL
El paseo incluye todo: traslados ida y vuelta desde Córdoba, visitas guiadas a bodegas, degustaciones, almuerzo maridando cada plato con vinos de bodegas cordobesas, guía especializada en vinos, seguros de viaje y agua de cortesía. Reservas: cordobawinetravel@gmail.com.
El próximo wine tour es el sábado 20 de abril. Habrá un almuerzo en Estancia Las Cañitas (chef: Juan Cruz Galetto) ¡No te lo pierdas!
