Notas Vínicas: Un vino para tomar cuando querés patear el tablero

Por Valentina Livolsi (*)

Hoy fue un día eterno. Colmado de cosas. La casa nuevamente está en obra, llamadas, reuniones por zoom, compras, limpieza, pilates. Martillazos, escobazos y baldazos. Qué sé yo, es una parte del todo. En cierto momento los martillazos se entremezclan con el compás de la música que pongo para concentrarme –o intentarlo–, el trabajo se superpone con el resto de las actividades y la limpieza post obra a baldazos, se vuelve inevitable. Para esos momentos, es completamente necesario un vinito que meta un freno de mano.

En esta oportunidad les traigo algo nuevo –creado por el enólogo Matías Riccitelli de quien hablaré más adelante– que llegó a mis manos directamente desde el equipo de Wine Group. Esta empresa está en constante crecimiento desde que empezaron en 2015, promoviendo con excelencia y una buena onda que atrapa, bodegas de todo el país en toda la provincia de Córdoba. De manera exclusiva, distribuyen y comunican cada producto de su portfolio a variados comercios mayoristas, vinotecas y restaurantes. La atención es personalizada, son súper atentos y organizados. ¿Qué más se puede pedir?

Y ahora, mi parte favorita, que es comunicar todo lo que pueda sobre cada enólogo, la historia de cada bodega, cepas, percepciones y datos de color que nunca están de más.

Kung Fu Malbec 2020

Para esta nota, el elegido fue el nuevo Kung Fu Malbec 2020 de Riccitelli Wines ($1700), idea de, como les contaba más arriba, Matías Riccitelli, salteño de nacimiento y mendocino por elección (y adopción), a quien la vida lo mantuvo siempre cerca de viñedos y bodegas debido a la historia familiar que lo precede.

Hijo de Jorge Riccitelli –enólogo jefe de Norton y nombrado en el 2012 como el mejor enólogo del mundo por la revista Wine Enthusiastic– y nieto de toneleros y bodegueros, desde temprana edad fue parte de vendimias junto a su padre, realizó su pasantía en Fabre Montmayour y desde ese momento, no paró más.

A sus cortos veintitantos, decidió darle la vuelta al mundo y así seguir descubriendo el maravilloso universo del vino, absorbiendo vivencias, aprendizajes e historias en cada país que visitó. Entre ellos, Austria, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos. Experiencia que se plasma en cada botella.

Terminado este periplo, regresó a la tierra que lo vio crecer, más precisamente en Vistalba, para desarrollar su proyecto personal que le dio premios máximos de los Argentina Wine Awards (AWA) como así también renombre por sus etiquetas descontracturadas y artísticas.

Si hablamos de botellas y etiquetas llamativas, la que viste a este vino no puede pasar desapercibida. Creada por Alan Berry Ryhs, diseñador gráfico oriundo de Buenos Aires, con diseños que recorren el mundo. De colores estridentes, estilo personal y con líneas un poco desprolijas, en su conjunto es excelente. La botella es transparente, dejando ver con claridad un vino de intenso color púrpura, impactante, adoré.

Con destellos violetas y rubí, es sincero y prolijo. ¿A qué puede deberse semejante intensidad de color en los vinos? EXPLICACIÓN FLASH: Además de diferentes factores técnicos al momento de la elaboración (de los cuales hablaremos en otra publicación) puede deberse a que los vinos oriundos del Valle de Uco –este Malbec procede de Gualtallary– concentran mucho sus características naturales por cuestiones climáticas, incluyendo el color. Dan racimos más pequeños con pieles más gruesas, lo que significa más materia colorante. Una fiesta para la vista.

En nariz, es puro Malbec, frutillas, cerezas y moras. Con cierto toque mineral, es fresco y liviano. También se perciben notas florales como violetas y rosa. De entrada ágil y con taninos dulces pero marcados, su acidez es equilibrada, de buen cuerpo y perdure en boca.

Este vino fue trabajado de manera orgánica, sin el uso de herbicidas ni productos sistémicos (fungicidas erradicadores), tampoco contiene sulfitos. Su cosecha fue de manera manual los primeros días de marzo, fermentó con levaduras indígenas (que son las levaduras que trae la uva desde el viñedo y están presentes en el hollejo) en piletas pequeñas de concreto abiertas y con el 80% de los racimos. Finalmente, fue añejado durante ocho meses en huevos de cemento y se embotelló sin filtrar.

Es un vino correcto y certero como patada de Bruce Lee. Es un vino por el cual, como David Carradine, caminás descalzo varios kilómetros para encontrarlo. Estoy segura.
Un vino que como el kung fu, buscó lograr la perfección a través de la paciencia, el trabajo duro y la dedicación. Un vino que recomiendo para:

Tomar cuando:
-El día dure 300 horas. No saben lo bien que sienta.
-Vean la serie Fargo (recomiendo en orden de estreno y luego el cronológico).
-Escuchen el disco “All Possibles Futures” de Miami Horror.

No tomar cuando:
-No tengan ganas. Si lo van a descorchar, es para disfrutar.
-El tiempo no acompañe.

Maridaje:
-Tabla de quesos semiduros y frutas rojas frescas.
-Unas brochette (también pueden ser veggies).
-Un buen sándwich tipo baguette fresquito.

(*) Sommelier

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