Notas Vínicas: Un tinto de dos caras dentro de una sola botella

Que semana lunga. Estoy con la cabeza a mil. Ideas, propuestas, dudas y la inscripción a una Diplomatura de Enología pues el saber no ocupa lugar. Todo un desafío. Este mes me viene cargado. Intenso. Me gusta y me asusta al mismo tiempo. A veces estoy muy arriba, a veces más abajo. A veces todo fluye y a veces cuesta bastante. Hablo en general, esto se aplica a cualquier momento de la vida. Dualidades. El yin y el yang. Equilibrio. Miles de
formas de representarlo, hasta en el vino.
A eso llegaremos en un par de textos más.

El Dualismo es la doctrina que, en resumidas cuentas, plantea la existencia de dos principios coeternos, irreductibles y antagónicos. Dos fenómenos o caracteres diferentes en una misma persona o en un mismo estado de cosas, ambas pueden definirse por oposición y hacen referencia a dos esencias completamente distintas.

La dualidad también se encuentra en lo espiritual, lo natural y lo filosófico. Por ejemplo, Descartes fue el primer filósofo en exponer la existencia de dos sustancias diferentes, lo espiritual (o espíritu) y material (o cuerpo) y el cerebro sirviendo como puente para su interacción. No podrían existir uno sin el otro. A su vez Platón, establece la existencia de un mundo sensible de la materia y el mundo comprensible de las ideas. Creatividad y resultado.

En China, el dualismo se observa en la materialización del yin y yang. Esta doctrina cree que el universo tiene aspectos opuestos y unificados, en movimiento e interactuando constantemente.

Ustedes pensarán, ¿a donde quiere llegar esta hippie posmoderna con tanta cuestión ancestral y teórica? Bueno, acá vamos. Les dije que en algún momento iba a suceder.

Bodega Lagarde

Resulta que el vino elegido para esta semana, nace del proyecto pensado por las hermanas Sofía y Lucía Pescarmona, tercera generación de viticultores mendocinos a cargo de la centenaria Bodega Lagarde.

Esta idea de trabajar en conjunto, representa sus dos naturalezas diferentes, buscando exclusividad por su equilibro. Lo que motiva la composición de los vinos de esta gama es la diversidad en los gustos de ambas, dos cosas diferentes y antagónicas pero que en el todo, en la interacción, existen en armonía. Este vino, en sus diferencias, resulta un todo.

Repaso rápido: ubicada en Luján de Cuyo provincia de Mendoza, la bodega fundada en 1897 y adquirida por la familia Pescarmona en 1969. dedicados a profundizar, desde la innovación, en la calidad y el estilo de sus vinos, fueron de los primeros productores en plantar cepas no tradicionales en estos suelos, como el Viognier o el Moscato Blanco.

Liderada por la tercera generación de la familia, en manos de las jóvenes ya nombradas Sofía y Lucila, quienes piensan el proyecto como un balance perfecto entre pasado y presente. Más equilibrio. Dos esencias diferentes. A su lado, cuentan con la pasión del enólogo Juan Roby quien, con todo el equipo de Lagarde hacen de esto un compromiso con el vino, su tierra y su gente.

Un poco de cada cepa

A la cepa Malbec la conocemos todos. Ideal para ingresar al mundo del vino, ideal para variados maridajes y plantado en nuestra totalidad territorial, dando en cada zona, resultados diferentes. La bandera argentina si de vinos hablamos. Y así tiene que ser.

Ahora bien, hace unos años, abriéndose paso lentamente, nos sorprendió la Cabernet Franc. Exótica, salvaje (y al mismo tiempo, elegante) de trazos herbáceos y taninos delicados, encanta a los enólogos y sienta bien producida al 100% o siendo parte de vinos de corte.

Se cree que es originaria de Burdeos, en Valle del Loire (Francia) hacia finales del siglo XVIII. Esta zona actualmente es la principal productora de vinos de esta cepa. De su cruza genética con la Sauvignon Blanc, nace la Cabernet Sauvignon.

En conjunto, Malbec y Cabernet Franc forman un matrimonio ideal. El aporte mineral y fresco que aporta la Franc al Malbec, al igual que cierta elegancia y textura, es lo que le faltaba a los taninos dulces y envolventes de nuestra cepa emblema. Dos caras diferentes entre sí, dos cepas alejadas en sus características pero que juntas son una explosión.

Proyecto Hermanas Malbec / Cabernet Franc 2018

Ahondando en el Blend en particular de Proyecto Hermanas, este vino de la línea alta gama de la bodega me sorprendió con un color rojo casi bordó intenso, con destellos violáceos y púrpuras. De intensidad media alta, es un tinto limpio y brillante.

En nariz, hermoso. interesante. Frutos rojos, hierbas frescas, conjunción fascinante. De fondo, su paso de 12 meses en barrica de roble francés deja percibir de manera sutil algo de madera, equilibrio total. Especias, pimienta, algo terroso también.

De boca vibrante, acidez y taninos redondos, bien estructurados. De buen cuerpo y largo perdure.

Compuesto por un 75% de Malbec y un 25% de Cabernet Franc, con uvas plantadas en Perdriel y Gualtallary ( Luján de Cuyo y Tupungato respectivamente). Me encantó. lo recomiendo firmemente.

Ideal para esta época otoñal que nos pisa los talones, con un buen libro y un buen disco. En compañía se disfruta más, pero también es buena compañía en soledad. Como regalo, tenés el cielo ganado.

¿Con qué marida mejor? Quesos duros, carnes rojas, pastas intensas.

(*) Sommelier

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