Un grupo emprendedores de Jesús María, a pura creatividad e irreverencia, armaron su propia fábrica de cerveza artesanal. Ellos, como los soderos, la ofrecen puerta a puerta en cajones que reponen todas las semanas. “Lo primero que nos pasó es imaginarnos cómo íbamos a diferenciarnos del resto y se nos ocurrió que la cerveza no puede faltar en ninguna casa; y qué mejor que llevarla puerta a puerta”, detalló Andrés Basso en dialogo con el diario Día a Día. Además aseguró que al poco tiempo debieron imaginar el cajón – que es de chapa reciclada y hasta lo han patentado- y ofrecer a sus clientes un servicio “evangelizador” sobre la cerveza para difundir el buen beber. Y como si fuera poco, la cerveza Traümer, propone aromas y sabores cordobeses con materia prima local que también idean expandir.
Saben de brindis. Este grupo de amigos está formado por Andrés Basso (Ingeniero químico), Inés Amuschástegui ( Agrónoma) y Sebastián Lépore ( Administrador). Tras relevar los campos de la región y la siembra de cebada empezaron a buscar su estilo y su técnica propia. Y allí el mundo de la cerveza comenzó a abrirse y con ella el ritual y sus particularidades. “Producimos muchos sabores. Como un cocinero combinando los elementos hasta que encontramos los que queríamos y nos enamoramos”, relató Andrés. Él entre risas no puede obviar los cientos de intentos y las veces que ofreció testeos a familiares y amigos de sus incipientes “pócimas cerveceras”.
Casa por casa. Estos emprendedores, ávidos de éxito, analizaron el mercado creciente de la cerveza artesanal y saben que allí tienen todas las posibilidades. Pero mientras los números dictan que en Argentina crecerá de forma exponencial, alertaron la necesidad de ser creativos para diferenciarse. “Empezamos a mirar que no había lugar para la compra exclusiva de cerveza artesanal. Que tampoco te explicaban mucho de las virtudes de este placentero beber y por supuesto que no hay nada más cómodo que te lleve las cosas a tu casa. Y ahí nace este experimento de los soderos cerveceros”, narraron sobre el nacimiento de su diferencia. Pero para este grupo nada es al azar, por lo que también fue un proceso la presentación de sus cinco variedades de cervezas ya que: “no nos gustó la idea de cajones de plástico, nada tenía que ver con nuestro producto. Entonces diseñamos un cajón con material reciclado con una forma especial y adaptada para el producto. Los fabricamos uno por uno y la gente lo agradece”, sostuvieron.
Además de repartir todos los días de la semana, cuando algún miembro de Traümer– soñador en alemán- llega a la casa de un cliente, se detiene y le explica rasgos de la cultura cervecera. Y los proyectos de estos ingeniosos cordobeses parecen inagotables, actualmente buscan inversores para expandir más sus horizontes.
Mientras, ellos crecen en entusiasmo y creatividad, se van sumando a diario los amantes de la buena “birra”, todos deseosos de tener un cajón siempre lleno.
Fuente : Día a Día