Las tendencias del vino en 2020: ¿sabés cuáles fueron?

Por Joaquín Hidalgo

Embarbijado y con distanciamiento social, encuarentenado y con restricciones de todo tipo, el 2020 quedará en la gran historia del mundo por muchos motivos. Pero en la historia local del vino, más chica y cruzada por la pandemia, sin embargo, algunas de las cosas que pasaron en los últimos doce meses y algunos de los vinos que vieron la luz también dejarán su huella en 2021 y más allá. A continuación, las seis tendencias del vino 2020 que cobraron profundidad.

Tendencias del vino 2020

  1. Aumentó el consumo. En el 2020 tan atípico que tuvimos se logró quebrar la caída de consumo de vino: por primera vez en tres décadas un repunte de cerca del 8% interanual –llegando a 20 litros per cápita– dio cuenta de un viejo amor entre los argentinos y su bebida más querida. El cambio de tendencia se produjo, claro, porque las largas horas en casa permitieron redescubrir momentos para beber una buena copa.
    Según las fuentes del mercado, los vinos varietales fueron los grandes ganadores, pero también los de precio elevado: quienes tuvieron un saldo a favor en los nueve meses de encierro lo gastaron en buenos vinos.
    Lo que nadie puede atinar a responder aún es cómo se sostendrá el consumo en la nueva normalidad.
  1. Tintos naturales y sin sulfitos agregados. En el mundo es un sólido movimiento que gana adeptos y que, en nuestro mercado, en el 2020 significó una aceleración de la oferta. En pocas palabras, son aquellos que se elaboran con levaduras del viñedo, que no llevan agregados de sulfitos –un conservante muy usado– y que respetan una idea de cero intervención enológica.
    Ya había algunos ejemplares en el mercado, pero este año aparecieron varios más. Si Krontiras Malbec Natural 2020 es el emblema, Chakana Vientre Malbec 2019 y Thibaut Delmotte Malbec Natural 2019 son ejemplares logrados.
  1. Pet Nat arriba. Con este nombre, contracción de Petillant Naturel, se conoce a un grupo de espumosos que terminan de fermentar en la botella, por lo que conservan desde las borras al sabor prístino de la fruta, si están bien hechos. Este año se presentaron varios a nivel local: desde Cruzat Chardonnay a Phos Alma 4. Si todo sigue como marca la tendencia, en el futuro deberíamos ver aparecer varios más.
  2. Criollas y después. Las uvas patrimoniales –es decir, que pertenecen al acervo histórico de un país– son una tendencia de largo plazo en el mundo. Dentro de ese escenario más grande, en Argentina se investigan sus posibilidades. Tanto que este año se llevó a cabo un seminario sobre ellas con la conducción del INTA y la participación de otros países iberoamericanos. Así, mientras que las Criollas Chicas alcanzaron un momentum con vinos como Cara Sur 2019, Vallisto Extremo 2020, Valle Arriba La Criollita 2019, Sunal Ilógico 2019 y Cadus Signature Series 2019, también otras criollas como Cara Sucia Cereza 2020 y Alpamanta Criolla Grande Pet Nat, emergieron en la góndola.
  3. Naranjos en flor. De ser unos blancos de nicho, las tendencias del vino 2020 le dieron a los vinos naranjos una mayor carga de resonancia, aunque no tanta como para llegar a la gran góndola aún.
    Elaborados con variedades blancas pero como si fuesen tintos –con largas maceraciones con pieles– viran hacia un color ámbar de la que deriva el apelativo naranjos. Como tienen cierta tanicidad, resultan buenos para comer o, como dicen los productores de Salta, “para pechar mollejas”. Buenos ejemplares son Susana Balbo Signature Torrontés Naranjo 2019, El Porvenir Pequeñas Fermentaciones Naranjo 2020 y Zun Zun Naranjo 2020, por mencionar lanzamientos recientes. Hay más.
  1. Momento blanco. Al Chardonnay de altura, que ya está consagrado como un blanco propio de Argentina, se le suman ahora otras variedades con predicamento, que empujan para darle trascendencia a los blancos. Semillón, Chenin, Verdejo, Viognier, Marsanne, Roussanne y Pedro Ximénez asoman como una clara tendencia en materia de renovación de gustos y marcaron las tendencias del vino 2020. Es verdad, aún son vinos de nicho, pero lo importante para el futuro es agendar que embotellarlos genera orgullo entre los productores. Los consumidores, felices: hay más sabores disponibles en la góndola.

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