La renovación gastronómica de Carlos Paz: ¿cómo cambió la ciudad más famosa de la provincia?

A la hora de pensar cuáles son los destinos de Córdoba que deben ser visitados por todo argentino, Villa Carlos Paz es, sin duda, una parada obligatoria en la lista de cualquier viajero

Esta ciudad insignia de la provincia es consagrada cada temporada como una de las localidades más valoradas y elegidas tanto para los turistas nacionales como extranjeros. Dentro del valle de Punilla, se ha ido perfilando con los años como una opción de lo más atractiva, ya sea por su cercanía con los ríos y arroyos aledaños, su prestigiosa escena teatral reconocida en todo el país, su brillante noche abarrotada de boliches y su peatonal repleta, y la variedad de restaurantes, excursiones y todo tipo de posibilidades a la mano. 

Sin embargo, muchos recordarán que esto no siempre fue así. A lo largo de la última década, asistimos a un crecimiento fruto de la adaptación a las nuevas necesidades y a una nueva amplitud de oferta gastronómica y/o culinaria. Por muchos años, la Villa conservó al menos en términos gastronómicos un estilo clásico y monótono, donde se sentía la falta de platos complejos, restaurantes de autor, y experiencias más allá de las clásicas minutas

Lejos hoy está la ciudad de ser ese destino donde sus puntos sobresalientes se limitaban a la aerosilla, el Cucú o las tiendas de alfajores y regionales. Esta evolución propia de la experiencia de los años no siempre fue algo dado, y por eso, recorremos algunos de los nuevos establecimientos que conformaron un hito ya sea por vanguardistas, por su compromiso en volver a las raíces, o por su innovación constante en el rubro

Un Mercado que revolucionó la ciudad

Quizás, en primer lugar, corresponda señalar a una de las propuestas más revolucionarias en los últimos años dentro la ciudad, que generó expectativa en su apertura y que fue hecha para agradar tanto a los vecinos y cordobeses como a los turistas que visitan en los picos de temporada. 

El Mercado San Antonio, ubicado en Bv. Sarmiento al 384, fue creado por el arquitecto Gustavo Bacile, pensando en la posibilidad de un multiespacio diferente que conjugue el consumo de platos, el placer del paseo y la chance de sentarse a contemplar, todo en un solo lugar. Planificado desde el concepto de los viejos mercados reciclados pero con gran nivel arquitectónico y de diseño estético, el edificio te invita a adentrarte en su experiencia (¡incluso hasta el baño!). 

Una innovación que es fundamental es su sistema de servicios, diferente al de los multiespacios gastronómicos convencionales, donde “hay distintos espacios donde sentarse con distintos equipamientos, desde sillones, el chill-out, mesas tradicionales, mesas en boxes, mesones altos, barras, de todo”. Uno puede elegir donde sentarse, un mozo va, lo atiende y le sirve lo que quiera comer ya que a través de un código QR tiene todas las cartas de las ocho propuestas dentro del complejo. Si uno va en grupo, en familia o en amigos, cada uno puede comer lo que quiera y todos comparten la mesa. Eso es innovación de servicio y calidad que diferencian y maravillan a quienes eligen visitarlos. 

Mercado San Antonio.

Entre sus amenities, se destaca un estacionamiento delantero y posterior para 100 autos que, según relata Bacile, “sigue la línea de las propuestas comerciales estadounidenses de no parking, no business. Siendo Carlos Paz una ciudad donde la gente normalmente se maneja toda en vehículo, el turista “si no encuentra estacionamiento, no para” y el complejo lo resuelve de la forma más práctica.

Alojado dentro de este establecimiento, se encuentra una pizzería que vino a suplir un espacio vacío dentro de la villa: Barro Pizza debuta como una idea entre tres amigos que amaban la pizza y que arrancaron el emprendimiento como hobbie. En esta, se busca combinar la tradición napolitana con la argentina, incorporando materia prima seleccionada de la provincia, dando como resultado «una pizza liviana pero con bastante queso, tal como acostumbran los argentinos”. El proyecto es, de base, disruptivo: una reversión de los clásicos sabores con un toque especial que los distingue del resto, aprobadísimo por el público local y visitante.

Las pizzas de Barro.

Meriendas a otro nivel

Tal como este lugar, existe otra novedad que está marcando tendencia y que se instauró buscando exactamente el mismo objetivo: “Innovar y darle un poco de amor a lo que es la gastronomía carlospacense, que bajo nuestro punto de vista, tenía muchas cosas para mejorar”, nos relata uno de sus socios de Mr. Coffee.

Creado por tres jóvenes de 25, 23 y 21 años, su propuesta es simple, pero firme y contundente: siempre usar materia prima de primera calidad, realzando los sabores e invitando al cliente a probar opciones nuevas. De hecho, plantean: “Bajo ninguna circunstancia, al margen de que los costos suban, nos achicamos en lo que es el estándar de calidad que ofrecemos. La idea es que, siempre que vayan a Mr. Coffee, se sienta una experiencia gustativa única de excelencia”.

Esta idea, a la par de la meticulosidad y el impacto con los productos que se sirven en cada mesa, conforman su diferencial primordial: la calidad en la atención desde todo punto de vista. Desde incursionar en el café de especialidad, en pastelería de primera calidad, en productos gluten free, hasta en recetas propias que después se distribuyen con proveedores. 

Aunque hayan recibido un reconocimiento por parte de la Cámara de Turismo de Carlos Paz, destacan que la verdadera premiación es el grado de respuesta brillante de los clientes que van fijo todos los días, que se enamoran de sus productos e incluso se animan a otros nuevos.

Café de especialidad en Mr. Coffee.

De Caroya a Carlos Paz

Por otro lado, si hablamos de riesgos y conceptos frescos, hay que hablar de Picadona, que abrió justo en este enero. Fundado por Pilar, una caroyense que hoy vive en la Villa, este local mezcla platos caseros tradicionales con la cultura friulana propia de la gastronomía de Colonia Caroya. De esta manera, la carta adopta un estilo bodegón con productos locales, y artesanales traídos directamente de la localidad, de productores de nuestra provincia, y de los propios regionales tan característicos de la zona. 

En sus propias palabras, nos confirma que siempre están priorizando lo casero y lo regional: “Por ahí en vez de trabajar con la Serenísima o la Paulina para nuestros fiambres, trabajamos con productores locales que nos ofrecen sus quesos, lo probamos y lo incorporamos”.

Con este debut, lamentablemente al local le tocó enfrentar una temporada atípica. A pesar de que las expectativas no se cumplieron, Pilar destaca que «el público recibió muy bien la propuesta», aunque tuvieron que adaptar su carta a lo que demandaban las familias de turistas cuidando de no perder las bases de su concepto. Ahora con la temporada baja, el desafío que se les presenta es volver a lo conceptual y a los platos calientes más típicos y caseros, apuntando a este público que le gusta sentarse a comer platos especiales. 

Variedad de platos en Picadona.

Quiénes en lo clásico, marcan tendencia

Otro caso de un lugar que ha sentado un precedente en esta localidad y que busca no perder las bases es, sin dudas, Terra Firma. Se trata de un espacio completísimo que no deja nada afuera y apuesta a la hotelería a la par que la gastronomía, con una arquitectura y fachada inolvidable que seguramente hayas visto en tu paso por el centro viejo de la ciudad. 

Un lugar, que en palabras de sus dueños, no se percibe a la vanguardia (ni desea estarlo). Al contrario, su diferencial es plantear una propuesta que invita “a volver a los orígenes y tradiciones perdidas y olvidadas”. No solo eso, plantean: “Nos sentimos revolucionarios y orgullosos de ir en contra de las tendencias vanguardistas y las modas”. Esto les ha ganado el apoyo de la gente que comparte su posicionamiento, y que continúa asistiendo incluso cuando las circunstancias no favorecen.

Las instaciones imponentes de Terra Firma.

Tal como para otros emprendimientos de la Villa, la temporada 2023/2024 fue altamente desafiante, definiéndose como una de las peores del último tiempo. 

De alguna manera, todos los emprendimientos contactados resaltan una cuestión: más allá de los contratiempos y el contexto desesperanzador, el recibimiento fue excelente y obtuvieron resultados exitosos logrando llenar todos los días sus instalaciones con colas de espera para ingresar y consumir. Incluso, en casos como el de Mercado San Antonio o Mr. Coffee, fidelizando a sus clientes locales o de zonas aledañas. 

Quizás sea el compromiso por la innovación, el equipo humano detrás, la confirmación de una identidad consistente o directamente, comida espectacular. Sin embargo, no cabe duda que tanto turista como vecino premia constantemente la innovación, los riesgos, lo interesante y, sin dudas, a aquellos establecimientos que marcan la diferencia. 

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