Por Florencia “China” Freijo – florenciafreijo11@gmail.com
En el marco del mes del malbec, la última semana de abril desembarcaron en Córdoba los vinos de Finca Adelma, nacidos en el Valle de Tupungato, Mendoza, a más de 1000 metros de altura.
La presentación se realizó en el reconocido restaurante El Celta, (Jerónimo Luis de Cabrera 269), ubicado en Alta Córdoba frente a la Estación de Trenes, con una cena de cuatro pasos a cargo del chef Agustín Barroso.
“El Capitán” (2013) abrió la noche. Un malbec reserva, “de aroma frutado, con un sutil paso por roble, y notas de vainilla y confitura”, como afirma su descripción oficial. Se crea en piletas de fibrocemento donde permanece 12 meses; después se lo pasa a barricas de segundo y tercer uso durante 18 meses; para luego terminar en la botella durante dos años más. “Es un vino de guarda, mientras no falle el corcho puede esperar para abrirse hasta ocho años”, comentó el dueño de la bodega, Oscar Dresti, presente en el evento.
El segundo vino de la noche fue el sauvignon blanc de la bodega (2018). Un vino fresco y frutal, que acompañó muy bien a la picada de mar: gazpacho de peras, atún rojo ensemillado, pincho de langostino, pincho de centolla y una vieira entera con un toque de aceite de oliva; decorada con una falsa hueva de salmón (gelificación del pescado).
En tercer lugar, llegó el vino rosado llamado “Jorgelina” en honor a la compañera de Drestri que lleva el mismo nombre. “Quisimos simular su cabellera. A este rosado malbec, lo hacemos con la sangría del malbec, no le agregamos ningún vino blanco ni nada, no le agregamos azúcar. Es un vino con personalidad, muy potente, como mi señora”, dijo. Este vino rosa acompañó a un salmón en distintas texturas: un trozo de salmón cocinado a penas; un carpaccio de salmón con crema azafrán, acompañados por sashimi de vegetales crudos con vinagre y aceite macerado.
Luego llegó el turno del plato principal; un cochinillo cocinado al estilo segoviano con papas azafranadas; al que se acompañó con un gran reserva malbec “H19”; un vino que se guarda en barricas de primer uso (70% de roble americano 30% de roble francés) durante 18 meses; antes un año en pileta y después dos años en botella. “En boca es estructuradamente potente con taninos dulces, persistentes y muy complejo”, explican los dueños.
El cochinillo merece una mención aparte, estaba tan tierno que se podía cortar con el filo de un plato. Por fuera, el cuero crocante; por dentro una carne jugosa.
Finalmente, el postre fue una mousse de chocolate del chef, que se basa en una mousse con whisky, chocolate blanco con maracuyá, duraznos asados, quinotos en almíbar y culis de palta. Este cierre se acompañó con un espumante de chardonnay, Atipax, del enólogo del proyecto, Gabriel Braconi.
Oscar y Jorgelina, los impulsores de este proyecto son de Buenos Aires pero decidieron aventurarse en el mundo del vino en Mendoza. Lo hacen desde 2009 y en 10 años lograron establecer un canal de ventas al exterior, en especial Estados Unidos; mejor incluso que la comercialización en el país.
Datos útiles:
* Vinos de finca Adelma: Cuestan entre 300 y 700 pesos (abril 2018)
* Dónde conseguirlo: Pablo Tigero, distribuidor; Whatsapp: +54 9 353 429-3269.
