Seba Gullo, referente de los bares de Güemes, dice que con lo que se facturará en estos próximos 15 días no se llegará a cubrir «ni el 10 por ciento de los gastos».
En una carta abierta, se refirió a la situación actual de la gastronomía de Córdoba:
«Hace 8 meses que arrancó la cuarentena. Los gastronómicos nos estamos recibiendo de ´Ninjas negros´ de la supervivencia.
Somos muy conscientes de que estamos en pandemia y somos muy conscientes del sistema de salud actual. Podrá parecer que nuestro pedido es egoísta, pero todo lo contrario: necesitamos trabajar, entre otras cosas, para que cada una de las 500 mil personas que trabaja directa e indirectamente en gastronomía pueda pagar por comida, farmacia, alquileres, servicios y el resto de las cosas que todos pagamos para poder sobrevivir. Si no tenemos ingresos va a ser peor para todos.
Está demostrado que somos un rubro súper controlado y que aplicamos el protocolo a rajatabla. El COE, la Municipalidad, el Ministerio de Trabajo, el Ministerio de Salud y chalecos azules nos controlaron hasta 6 veces por día. Luego mandaban un informe con las cosas a mejorar. Aunque un poco engorroso, fue un sistema muy efectivo y promovió un trabajo en equipo superador. Aquel comercio que no cumplió con el protocolo fue sancionado y viralizado en las redes en cuestión de minutos. Es decir, somos muy visibles, todo lo contrario a la oscuridad de la clandestinidad. Todo lo contrario al centro atestado de gente, a los barrios cerrados y lejanos que hacen vida más que normal, a plazas y parques con miles de personas haciendo actividades sin cuidados. Nada que ver con las miles de fiestas, reuniones multitudinarias, partidos de fútbol con hinchada, festejos de amigos en casas y todas esas actividades sin el mínimo recaudo.
Recuerden que para ingresar a un bar se le toma la temperatura a cada persona, que además debe completar una declaración jurada. Se la sanitiza y cada mesa está a 2 o más metros de distancia de la otra. Todos están con tapabocas y sólo se te permite sacártelo para comer o beber, al igual que todo el personal gastronómico. Todo se limpia y se sanitiza constantemente. Es difícil que eso ocurra en la clandestinidad o en las reuniones sociales en hogares.
En suma, necesitamos trabajar. Con protocolos estrictos, pero trabajar. Somos 500 mil personas que dependemos de esto.
Necesitamos ser conscientes, como sociedad, de que debemos respetar el distanciamiento social, usar tapabocas, sanitizar constantemente y respetar los protocolos tanto en los lugares públicos como en el hogar.
Si todos los rubros, si todas las instituciones y toda la población en general, aportamos nuestro granito de arena, podemos bajar la curva de contagios y al mismo tiempo permitir que todos llevemos el pan a nuestras casas y no destruir la economía mínima indispensable».
(*) Foto de Lavoz.com.ar