Si fuera un post de Shakespeare, abriría con la frase: “I come to bury Maradona, not to praise him” (“Vengo a enterrar a Maradona, no a alabarlo”). En realidad, siendo Diego un divino, me pareció oportuno esperar tres días de su sepelio, en caso de que nos sorprendamos con una Resurrección. Igualmente, no voy a hablar del futbolista o del hombre. Estamos en Buena Morfa, y los argumentos gastronómicos reinan supremos.
Además, como ex futbolista puedo atestar que Maradona jugó un fútbol distinto al actual, donde la agresividad y la violencia eran predominantes en la cancha, y Maradona pudo demostrar su grandiosidad a pesar de la implacable dureza de sus adversarios.
Naturalmente, como Napoletano, puedo reconocer nuestras contradicciones y debilidades, que son tan profundas y devastadoras que no se pueden comparar a la distancia que existe entre Villa Fiorito y Recoleta. En Nápoles, cruzar una calle da una dimensión tan ilógica a la vida que ninguna persona que abrazó nuestra ciudad como hizo Diego puede salir indemne.
La época de Diego en Nápoles.
El Maradona gastrónomo durante su período en Nápoles, se identifica en nuestro plato principal: La Pizza. Cuando Maradona llega a Nápoles ante de casarse con Claudia, se acomodará en un lindo hotel del lungomare de la ciudad. Era un habitué de Ciro a Mergellina. Un local histórico, con excelente cocina Napoletana, desde spaghetti alle vongole hasta un pulpo alla Luciana. Ofrecen pizza también en el menú.
Afortunadamente, la pasión de Diego por la pizza Napoletana crecerá notablemente cuando con su familia alquilan una casa en Posillipo, en copropiedad con Ciro Ferrara. Justo a poca distancia, en el 1987, inauguran una nueva sucursal de la famosa pizzería Trianon. El propietario, Giorgio Moffa, instaura una relación de gran cordialidad con Diego.
Cuando Maradona indicó que amaba Atún y Cebolla, el pizzero le preparó una pizza con estos ingredientes agregados a tomate, mozzarella y salame. Un poco de picante y la bautizaron Pizza Maradona. Eran años que no me cimentaba a preparar una, pero hoy me pareció la mejor manera de celebrar a Maradona. La pizza es Nápoles, Nápoles es Maradona, y consecuentemente, la pizza es Maradona.
