Por Vinómanos
Para un bebedor de vinos en Argentina no hay nada más inabarcable hoy que el Malbec y, al mismo tiempo, no hay una pregunta más compleja en el mundo del vino que la de cómo elegir un buen Malbec.
Es que en materia de precios hay desde los $600 hasta los $120.000. En estilos, existen Malbec de cuerpo y concentración con madera (los menos hoy), pero también algunos ligeros y refrescantes, con vibrante tensión. Otros son frutados, algunos florales. Y un grupo incluso ofrece especias. Eso, sin entrar en características de productores ni condiciones de terruño.
Es decir, la ancha góndola del Malbec es en Argentina un universo interminable y a la vez fascinante. De una complejidad intrincada, por así decirlo, pero con el magnetismo de las cosas bellas.
Por eso, cada año nos consagramos a catar centenares de Malbecs –esta vez fueron más de 600– y al cabo de una deliciosa epopeya de copas y descorches a ciegas, pasamos lista a nuestras impresiones. A continuación, algunas de las más jugosas.
Cómo elegir un buen Malbec
Usina creativa
El Malbec es una usina creativa. Una plastilina con la que los productores ensayan formas y estilos: se trata de una variedad tan maleable y transparente, tanto al terroir como a las técnicas, que le permite a cada enólogo y cada bodega empujar la vara hacia algún enfoque propio. En eso (¡chapeu!), hay que reconocer que la variedad no tiene aún límites a su expansión.
Desde el otro extremo de la cadena, en la perspectiva del consumidor, el Malbec es una fiesta. Cada año ofrece algo distinto, nuevo, algo para volver a comerle la boca.
Dos ideas al respecto. Una, la apertura de terruños –algunos vinos son selecciones de suelos, otros son regiones poco conocidas– le están sumando matices al Malbec.
Dos, las técnicas menos pensadas –maceraciones carbónicas, ánforas, uso de raspón, puntos de cosecha diferentes– abren la paleta estilística hacia otros horizontes, exprimiendo los márgenes del Malbec en un sentido completamente nuevo. De todo eso probamos en este reporte algunos vinos sobresalientes. Pero, ¿cómo elegir un buen Malbec? Veamos las distintas posibilidades.
Tendencia orgánica
Es notable, pero en los últimos informes la categoría orgánica creció y –paradojas del lenguaje– se volvió sustentable en calidad: ya no se trata de una movida de hippies con buenas intenciones, sino que hay jugadores de peso construyendo con criterio y precisión una góndola que se vuelve verde, sí, pero maravillosamente tinta y de Malbec.
Con un plus para nada desatendible: probamos este año más de 60 vinos dentro de la categoría (el equivalente a poco menos del 10% o, para decirlo de otro modo, 1 de cada 10 botellas), y una veintena de ellos alcanzó puntajes por arriba de 93. Ese dato ya asombraría a cualquiera.
Precios & estilos
¿Cuánto hay que gastar para darse un gusto en materia de Malbec? No hay que hacer un gran rodeo para darse cuenta de que la góndola ya se pone seria entre los $1500 y los $2500.
No podemos ignorar los precios si nos estamos preguntando cómo elegir un buen Malbec. Son muchos los vinos que entran en este campo y cada uno de ellos tiene méritos sobrados para estar entre los que figuran más abajo.
En esta categoría de precios ya los estilos crecen en ambición. Hay desde Malbec que reflejan condiciones de terroir a otros que conmueven por el apego a un estilo.
Están los que apuestan por la frescura, los que rebuscan en la madurez los argumentos más convincentes, y los que ponen una barrica de roble que contiene y despliega el buen volumen de la variedad.
Ahora bien, hicimos un corte en los $4000. Puede parecer mucha plata pero, en rigor, en materia de vinos es un punto de inflexión más o menos básico.
Por lo que pagás un asado para dos o tres, una pelota de fútbol o algo más que una docena de empanadas en el centro porteño, podés probar algunas botellas realmente fuera de serie en el mercado. Ahí va la elección de cada uno.
Es raro, sin embargo. Mientras que algunos precios de arriba se fueron a las nubes y otros de abajo, proporcionalmente, crecieron por sobre la media, en este rango que podríamos llamar medio hay verdaderas sorpresas.
Algunas botellas pusieron el freno de mano a la inflación (quizás para acomodarse o ganar mercado) y hay quienes estaban muy holgadas en otra franja, subieron a esta y revalidaron el título de calidad.
En todo caso, en los vinos hasta $4000 hay de todo. Amplitud de estilos, sabores, terruños, estéticas y propuestas atractivas para todos los paladares. En nuestra opinión, al menos, es una de las góndolas más interesantes de la actualidad.
También hay una estratósfera de precios, como anticipamos al comienzo. En Malbec, ese rango puede alcanzar los $120.000 (a precios de comienzos de diciembre) o, para decirlo en moneda dura, los u$s 400. Para la góndola global no es un imposible, ya que ese es un precio equivalente para algunos íconos de Napa o Burdeos.
En cualquier caso, lo que a ojos del consumidor puede resultar inaccesible, desde el punto de vista de la creación de valor a nivel global para la industria es un dato clave: compararse de igual a igual, aún cuando las variedades no sean las mismas, con los líderes y estar a la altura, no es poca cosa al evaluar cómo elegir un buen Malbec.
El dato a agendar es el siguiente: entre los vinos de más altos puntajes de este INFORME MALBEC 2022 un puñado pertenece a esa estratósfera de precios. Para una cata a ciegas, es un montón, un certificado de calidad en nuestra experiencia que trasciende el mero precio.
Malbec Rosé
En materia de Malbec Rosé se verifica una tendencia clara. La venimos escribiendo desde 2017, cuando hicimos el primer INFORME MALBEC. Los rosados han afilado sus estilos, mejorado las frescuras y abierto un panorama en el que el Malbec se ofrece como la principal herramienta creativa.
Puede estar cortado con Syrah, con algo de Garnacha, o bien combinar con uvas blancas, como Semillón. Cualquiera sea el caso, la categoría ha mejorado notablemente y ya no puede ignorarse a la hora de preguntarse cómo elegir un buen Malbec.
Atrás quedaron los rosados intensos de color, más claretes que rosados. Atrás también los que no ofrecían ninguna gracia en materia de frescura. En eso, el despertar de terruños de alturas y la inversión en maquinaria para elaborarlos están dando buenos resultados.
Pequeños productores, grandes Malbec
La salud de un mercado de vinos se mide, entre otras cosas, por la cantidad y calidad de los pequeños productores que allí operan.
En ese aspecto, el Malbec y la Argentina tienen un romance “full adrenalina”: este es un país con una extensa tradición de cuentapropismo, algo que en el vino se observa en plena forma y define una guardia de pequeños productores.
Están los enólogos que arman proyectos en spin off a las bodegas con las que trabajan, los productores de uva que embotellan lo mejor de su producción y los empresarios que deciden construir un recorrido en el vino, porque son amantes de esta bebida y tienen recursos. Entre ellos, este año probamos con felicidad una pila de ricos vinos.
Una cosa es segura al cabo de este Informe Malbec: los productores pequeños son muchos y elaboran algunos de los grandes vinos de este tasting.
Los orígenes
Partamos de los 50 mejores para darnos una idea del alcance de algunas regiones. De ese grupo, 32 vinos son de Valle de Uco: 13 provienen de Paraje Altamira, 7 de Gualtallary y 4 de La Consulta. Los ocho restantes son blends de regiones del “valle” o bien de otras IG o parajes.
Está claro que podemos tener un sesgo gustativo –una preferencia a la hora de catar– pero también es cierto que nuestras conclusiones no hacen más que refrendar que el Valle de Uco y algunas de sus indicaciones son en particular una usina de grandes vinos.
Del resto del TOP50, Luján de Cuyo está representada con 10 vinos, con dos de cada una de las siguientes indicaciones geográficas: Las Compuertas, Drummond, Perdriel y Vistalba. Sólo uno de Agrelo esta vez, y otro con denominación general Luján de Cuyo. San Juan suma 3 vinos cordilleranos; Salta, otros 3 de los Valles Calchaquíes, mientras que Río Negro aporta 1.
Parte de esta lectura se debe a las cosechas que catamos. En principio, 28 de los 50 son de la añada 2019, una añada que se benefició particularmente en Valle de Uco con su clima moderadamente fresco; otros son de 2017 (2), 2018 (8), 2020 (8) y 2021 (4).
Pero lo más interesante es la correlación que existe hoy entre las regiones del Malbec y las zonas. Para hacer el cuento corto, de las 46.000 hectáreas de Malbec que hay en Argentina, Mendoza se queda con 39.000 (85%). De ellas, Uco representa cerca de 16.000 y Luján de Cuyo casi 9.000.
Es decir que, además de ser zonas cualitativamente importantes, también lo son desde el punto de vista cuantitativo. Los altos puntajes de este reporte refrendan ambos criterios.
La sorpresa
Venimos reportando que hay una tendencia de Malbec cada vez más crudos, puros y desnudos. En este reporte probamos muchos de ellos. Contrariamente a lo que uno puede imaginar, ese estilo está lejos de ser simple: el Malbec ofrece un perfil complejo propio de la uva que algunos métodos de elaboración reflejan mejor que otros.
Los que son más interesantes ofrecen matices florales y herbales, desde violetas y lavanda a tomillo y laurel, pero también con ciruela y cerezas puras, sumadas a notas como arándanos y hasta frambuesa. He ahí un nuevo universo de descriptores en ascenso.
Esas capas, que no son pocas, sólo se revelan cuando los vinos no están atosigados de madera y son trabajados con limpieza y precisión.
Por supuesto, algunas regiones ofrecen más que otras. Pero si algo podemos asegurar luego de este tasting es que la complejidad más rica está en la uva asociada a ciertos lugares. Y luego, en el método de elaboración.
Como dato extra, conviene apuntar que conseguir un Malbec complejo por la uva y no por el proceso de elaboración es un desafío interesante que hoy recoge un puñado de productores.
La gracia en cómo elegir un buen Malbec está en identificar aquellos lugares en donde alcanza un máximo de sabor y en resolver técnicamente la elaboración. Una última pista respecto de cómo elegir un buen Malbec puede estar directamente entre los 50 mejores. Felices estamos de ver que, cada año desde que hacemos el reporte, esta idea va ganando predicamento.