Vinos de quietud en manos de un inquieto enólogo

Por Valentina Livolsi (*)

Ayer fuimos convocados a degustar los vinos de Juampi Michelini, un mediodía de invierno ideal para disfrutar del patio de San Pietro y la compañía de colegas y vinotequeros.

La tertulia vínica, organizada por el equipo de Sello de Vinos –Lea y Facu Almada– siempre impecables a la hora de acercarnos a los enólogos y sus proyectos.

“La ensalada Miche es complicada, entonces tengo que contarles todo lo que fue desde el principio para que puedan entender todo lo que hacemos ahora”, dijo el enólogo invitado.

Los anfitriones.

Juampi Michelini es parte de una familia que resuena en el saber popular de todo enófilo. Y así es que, desde 2008, la familia no para de crecer, ni de producir.

Con una certeza que se despertó junto al proyecto Zorzal de su hermano Matías en Gualtallary, y que sigue siendo la misma hoy en día, nació luego Super Uco, proyecto en conjunto de los cuatro hermanos varones Michelini y Dani Sanmartino.

Tiempo, trabajo, prueba y error. Incansables. Transformaron los vinos de ese momento y probaron con extremos necesarios: en viñedo y en bodega. Aprendiendo, trabajando de manera más orgánica e intuitiva en el campo:
ajustando cada detalle para un público que de a poco iba curioseando lo nuevo.

Los vinos.

Ahora, los vinos de Juampi y un poco de Altar Uco

Este viaje personal comienza en 2014 ya que “todo enólogo en algún momento de su vida se siente un poco más… maduro”, según sus palabras.

Bajo el concepto de hacer vinos que sean eternos, Juampi insiste en la relación que tiene con el tiempo y la crianza de los vinos en diferentes formatos de vasijas. En SUS vinos.

Este pelirrojo e inquieto personaje mendocino va –y ve– más allá del terroir: ve a través del tiempo. “En las vasijas, el vino pasa un tiempo tranquilo, mientras el mundo exterior es una vorágine”, nos decía.
La mayoría de las uvas provienen de Finca Ambrosía.

¿Qué probamos?

Edad Moderna: Vinos sin madera, su crianza se realiza en piletas de cemento.
Blend 2021: 75% Sauvignon Blanc, 25% Chenin, blanco fresco y perfumado, cofermentado y cítrico, algo de flores blancas asoman también.
Blend de Tintas 2019: con las mismas proporciones de Merlot, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y Malbec. Un color divino, fruta, chocolate, vainilla y flores. Acidez marcada = buen potencial de guarda. Merlot marcado en nariz (este último fermenta solo, el resto en conjunto).
Malbec 100% 2021: vino joven y fresco, de intenso color guinda con destellos granate. Flores rosas, frutas crujientes.
Cabernet Sauvignon 100% 2020: mi favorito. Este vino nace de una añada cálida, dando esto buen ph, que se transforma en buen volumen y vigorosa acidez. Picoso y nervioso, refleja muy bien el varietal. Pirazinas, pimiento fresco, tomate asado.

Altar Uco.

Edad Media: Esta línea ya cuenta con más tiempo de “quietud” en otras vasijas.
Blend de Tintas: con las mismas proporciones de Merlot, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y Malbec. Acá se puede ver la diferencia que busca Juampi. Real. El tiempo se hace notar en toda su expresión. Volvemos a la acidez: presente, lo mantiene fresco y redondito. De la pileta pasó a barrica durante un año, luego a ánfora y finalmente a botella.
Blend 90% Chardonnay 10% Chenin: el paso por barrica (y al no estar llena a tope) generó la crianza biológica –velo de flor, película de microorganismos que se desarrollan en la superficie del líquido– típica de los vinos de Jerez, bajo esta crianza disminuye el glicerol y crecen los acetaldehídos volviendo al vino más punzante y fino en boca.

Edad Antigua: Juampi nos dejó el beneficio de la duda puesto que esta línea aún está en espera para salir al mercado. Enhorabuena, es una buena forma de, espero, volver a encontrarnos.

Gracias nuevamente a Sello de Vinos por siempre tener presente a esta somme.

(*) Sommelier

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