Por Natalia Juncos
Invitada por la importante distribuidora de vinos boutique Grandes Vinos Argentinos, llegué hasta el Gran Vidrio (Humberto Primo 497) el miércoles 9 de agosto para participar de una cata de vinos Callejón del Crimen. En mis años de experiencia y luego de haber probado y participado de muchas degustaciones en el mundo, puedo decir que tuve la oportunidad de vivir un estilo de evento que me sacó de la estructura habitual.
Apenas entramos al restó, Pablo Tasso, director comercial de la bodega, nos recibió como buen anfitrión con una copa de Merlot Reserva cosecha 2015. Copa en mano amablemente nos contó acerca de su historia, del «tano» que vino allá por los años 60 a ver si injertaba sus sangioveses en vides argentinas.
Lo primero que hice mientras escuchaba la historia de este soñador que vino a hacer su leyenda aquí en Valle de Uco (en Vistaflores y en Villaseca) fue introducir mi nariz dentro del copón. Sentí sus aromas muy expresivos, con explosión de frutales, bien fresco, con equilibrada acidez y muy suculento en boca, con las mismas frutas rojas y dejo de tomate. ¡Fue explosivo!
Luego vino el Malbec Reserva cosecha 2015. Jugoso, firme y de largo recuerdo en boca, la luz del lugar dejó ver claramente los colores y destellos de cada una de las copas servidas. Las obras de arte que completan el concepto del restó realmente le sumaron brillo a toda la experiencia.
Más tarde llegó el Cabernet Sauvignon; intenso y vivo, denotaba la expresión del terroir, balanceado, de taninos jugosos y de largo final en boca. Pablo nos contaba cómo “el tano” de la toscana finalmente logró hacer los injertos. La tipicidad sigue presente hoy pero con acento mendocino.
Se nos terminó la copa y le tocó el turno al Gran Reserva Malbec. Se abrió rápido y mostró todas sus características frutadas, como de mermelada de ciruela y notas que recordaron a violetas. El cuerpo en boca era realmente fabuloso.
Salieron bocados sabrosos como croquetas de papa, hamburguesitas caseras de carne y queso con verdes y algunas bruschettas. Luego llegó el turno del Gran Reserva Merlot. Si el reserva es expresivo e intenso este en boca es aún más jugoso e intenso, como la historia que escuchamos a continuación.
Un crimen pasional
A esta historia ya la había escuchado. La del crimen pasional de dos amantes, los cuales no pudieron ser felices en la tierra y por eso decidieron quitarse la vida terrenal para encontrar el amor eterno en otra vida. Mientras probaba el personal y auténtico Gran Reserva Cabernet Petit Verdot, lo sentía temperamental pero amable, con taninos bien marcados. En boca de trazo largo y pleno. En ese momento se dijo que los ojos del búho fueron los únicos testigos de aquella tragedia pasional y que por eso lo vemos en las etiquetas de los vinos.
La novedad
El dueño de la bodega, el cordobés Ricardo Fernández Núnez, junto con el director enológico Roberto Cipresso (ex directivo de Achával Ferrer), están pronto a lanzar el proyecto que se llamará “La luz”. Se trata de una línea de vinos varietales que serán bien representativos de tres diferentes regiones vitivinícolas del mundo. Serán La Luz Montepulciano con su Sangiovese, La Luz de Rivera del Duero representando su Tempranillo y de Valle de Uco representando nuestro emblemático Malbec.
Un Gran Callejón
Luego de las novedades nos sirvieron El Gran Callejón 2013, el último vino de la noche, que indujo a analizarlo detenidamente apreciando cada uno de los aromas que se desprendían en nariz y en boca, como una paleta aromática que se expresaba de a poco… frutas, regaliz, aromas terrosos, madera, especias… se volatilizaban los aromas y se abría poco a poco. Se trata de un blend con 75% de Malbec, 15 % de Petit Verdot y 10 % de Merlot. Sin dudas este vino tiene mucho para contar y se fue abriendo de sorbo en sorbo.
La noche terminó pero sentimos que recién empezaba. Estos vinos tienen mucho por delante. Este es solamente el comienzo de una nueva historia de amor.