(*) Por Roberto Colmenarejo
Este invierno no da tregua a los cordobeses. Los días grises, lluviosos y gélidos se van sucediendo alternativamente. El sol -con su luz y tibieza- se nos niega hace semanas. Sin dudas, la temporada invernal es favorable para quedarse en casa, viendo películas o reuniéndose con amigos. El clima frío predispone a comer un poco más contundente y a beber vinos tintos con cuerpo, combinación insuperable para “entrar en calor”.
Si andan buscando vinos para “pasar el invierno”, aquí van mis seis sugerencias:
Altosur Malbec Rosé 2015 ($137): Un rosado versátil y de precio acomodado, perfecto para servir en los pocos mediodías soleados que nos concede esta temporada. Un vino fresco pero con cierta estructura, apto para maridar con una gran variedad de platos. Tiene aromas de frutitas rojas -frutillas, cerezas- y algunos trazos herbáceos; que dan lugar a una boca veloz, de entrada amable y paso franco, con jugosa acidez natural y persistencia media. Un vino “comodín”, para tener siempre una botella en la heladera.
Alpamanta Natal Merlot 2014 ($120): Otro vino de óptima relación precio-calidad, que desembarcó hace poco en las góndolas locales y vale la pena investigar. Un tinto joven proveniente de Ugarteche (Lujan de Cuyo), elaborado por la bodega Alpamanta siguiendo las prácticas de la agricultura biodinámica. Propone una nariz muy seductora, con aromas de frutas rojas y negras en sazón, más ciertos dejos herbales y especiados. Al llevarlo a la boca se lo percibe gustoso y de cuerpo medio, con entrada seca y paso afrutado, correcta acidez, taninos apretados y moderada permanencia. ¡Buen tinto para la mesa diaria, sin gastar demasiado!
Chiquiyam Petit Verdot 2015 ($185): Un vino intenso y algo rústico, elaborado en la zona de Rivadavia (Este de Mendoza) por la histórica Bodega Genaro Cacace e hijos. Un producto que será “ladero” perfecto de un asado con amigos en el frío galpón del club, luego del partido de futbol semanal. Exhibe una nariz limpia y vigorosa, con fragancias frutales maduras, especiadas -pimienta, clavo-, balsámicas -anís, regaliz- y marcadamente terrosas. En la boca se presenta brioso, de cuerpo medio y paso bien seco, redunda en sensaciones de especias, con acertada acidez, taninos aún rugosos y persistencia bastante prolongada. ¡Un tinto que pide a gritos carne asada a su lado!
Huellas del Limay Reserva Pinot Noir 2012 ($336): Para quienes disfrutan de los vinos elegantes y delicados, este novedoso producto los sorprenderá gratamente. Tiene su origen en la localidad neuquina de Senillosa, pequeño poblado ubicado sobre el valle fértil del Rio Limay. Un Pinot Noir que ostenta una tipicidad varietal perfecta, con un uso de la madera muy acertado. A la vista se puede adivinar inmediatamente la cepa, por su tonalidad rojiza de baja intensidad. A la nariz se muestra complejo pero sutil, sucediéndose perfumes de frutas rojas acidas -frambuesas, guindas-, hojarasca y hongos silvestres; todo enmarcado en suaves notas tostadas/ahumadas aportadas por la breve crianza en barricas. En la boca es ligero, sabroso y bien fluido, de paso aterciopelado, con refrescante acidez, taninos imperceptibles y largo post-gusto. Un tinto sedoso y refinado, recomendado para acompañar platos suaves en base a pescados o mariscos.
Alfredo Roca Reserva de Familia Tempranillo 2010 ($415): Un tinto opulento y de perfil “gordito”, recomendado para aquellos bebedores que disfrutan de los vinos con mucha impronta de la crianza en roble. Fue producido en San Rafael por la prestigiosa Bodega Alfredo Roca, utilizando un noble cepaje al que los enófilos locales no solemos prestarle mucha atención. Un varietal 100% Tempranillo, con fermentación alcohólica y maloláctica tradicional, más 15 meses de añejamiento en barricas francesas nuevas. El resultado es un producto de aromática amplia y generosa, donde aparecen primero los recuerdos golosos del café, el cacao y la vainilla aportados por el roble, para luego dar paso a evocaciones de mermeladas y especias dulces. Al llevarlo a la boca es suculento y pleno; de paso untuoso y entrada amable, redunda en sabores maduros, con balanceada acidez, taninos firmes y grata permanencia en boca. Un vino de alta calidad, para disfrutar hoy mismo o guardar sin inconvenientes un par de años más. ¡Tinto de lujo, para descorchar en una ocasión realmente especial!
Mil Vientos Torrontés Dulce Natural 2015 ($144): Cerramos esta selección con un exquisito vino dulce sanjuanino, ideal para acompañar postres frutales o pastelería. Está elaborado por la Bodega Merced del Estero, utilizando uvas 100% Torrontés cosechadas en su punto óptimo de madurez, con un proceso posterior de fermentación interrumpida. Esto da como resultado un vino rebosante de perfumes florales -jazmines, azahares-, frutales -uvas frescas, cítricos- y melosos. Al probarlo se descubre un vino liviano y extremadamente bebible, con reducido tenor alcohólico (9%), agradable dulzor natural (90 g/l), refrescante acidez y persistencia media. Un producto que seguramente gustará a una inmensa mayoría de los consumidores (incluso a quienes no beben con frecuencia). Debe servirse bien frio, para resaltar al máximo su frescura y frutosidad. Un blanco para endulzar todos los brindis del invierno.
¿Y ustedes, con que vinos están pasando este invierno?
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(*) Sommelier y docente – [email protected]