Reseña del Wine Tour El Porvenir

(*) Por Roberto Colmenarejo

 
El pasado jueves 22 de octubre, gracias a una nueva invitación de Nicolás Constantini (Gerente de A&B), pudimos disfrutar de otro Wine Tour en el Hotel Sheraton Córdoba. En esa oportunidad, la bodega anfitriona fue El Porvenir de Cafayate, que de la mano de su propietaria Lucia Romero nos presentó las nuevas cosechas de sus vinos más emblemáticos.

La recepción comenzó puntualmente a las 21.30 con variados aperitivos en forma de “delicias saladas”, un clásico del hotel donde la cocina comandada por el joven chef Emiliano Toledo muestra sus inspiradas preparaciones en miniatura (destacados los vol-au-vent de atún y los blinis con crema agria y langostinos). Para acompañar estos bocaditos se sirvió el Laborum S.V. Finca Río Seco Malbec Rosé 2015 ($85), un rosado salteño liviano y veloz, de nítidos sabores frutales y acidez efrescante. El vino acompañó con amabilidad los amouse-bouches, permitiendo que sus sabores se mostraran en plenitud.

A eso de las 22.15 pasamos a las mesas, donde encontramos una selección de panes de elaboración propia realmente deliciosos, ¡verlos y probarlos fue sólo un momento! Ya cómodamente sentados, el primer tiempo del menú fue “jamón con melón”,  una jugada “deconstrucción” de la tradicional entrada, que no terminó de convencer a los comensales a pesar de su frescura y originalidad. Fue presentado junto al Laborum S.V. Finca El Retiro Torrontés 2015 ($85), un blanco exquisito y fragante, con la tipicidad varietal y regional “a flor de piel”. Aromas florales -jazmines, rosas- y frutales frescos -cítricos, uvas- que dan paso a una boca elegante y sabrosa, de cuerpo medio, con balanceada acidez y un leve amargor final que invita a tomar otra copa. Si bien la entrada no acertó en su ejecución, creo que el maridaje fue interesante, pues la frescura de plato y vino combinaron a la perfección.

La cena continuó luego con un “rollo de trucha con vegetales”, una opción original y creativa, que simulaba un delgado cannoli relleno con una apetitosa pasta de pescado.  Para acompañar este paso se sirvió el Laborum S.V. Finca Rio Seco Syrah 2013 ($230), un interesante tinto norteño de aromas frutales maduros, especiados y algo torrefactos que continúan en una boca voluminosa pero ágil, de entrada seca y paso fluido, con correcta acidez y taninos mansos que sostienen una agradable permanencia. Tanto el vino como el plato eran realmente deliciosos, pero me pareció que la gran intensidad del primero deslució un poco los sutiles sabores del segundo.
 
El plato principal fue una suculenta “costilla y salsa criolla en textura”, preparación clásica en base a carne vacuna, de gran terneza y sazón, acompañada con puré de papas. Para este plato se ofreció El Porvenir Ícono 2013 ($570), sin dudas el orgullo de la bodega. Un ensamblaje tinto de partida realmente limitada (5600 botellas) que muestra lo mejor que ofrece el Valle Calchaquí cada año. Un producto de aromática compleja y profunda; donde destacan recuerdos de frutas pasas, especias y marcados dejos terrosos, todo sobre un tenue fondo ahumado. Al llevarlo a la boca es sabroso y pleno, de entrada recia y paso franco, refrenda sensaciones especiadas, con buena acidez, taninos firmes y larga persistencia. ¡Excelente combinación, una armonía perfecta en el maridaje!

El postre fue un curioso “dúo de chocolate y palta”; otra arriesgada combinación que fusionaba un cremoso de palta, un esponjoso bizcochuelo de pistachos y una húmeda torta Mississippi de chocolate y pimienta rosa. El vino que le hizo de escolta fue el Laborum Torrontés de Otoño 2014 ($97), un vino dulce natural que propone una nariz de membrillos, pasas de uvas y miel; ligada a una boca vivaz y moderadamente golosa, de grato sabor y notable persistencia. La armonía propuesta fue muy atinada, pues la fresca dulzura frutal del vino hizo excelente contrapunto con la cremosidad marcada del postre.

Finalizando el evento se realizaron los tradicionales sorteos, para que muchos invitados se fueran además con un regalito bajo el brazo.

El café y los refinados petit-fours estiraron un rato más la charla. Para cuando el reloj marcaba la una y media de la madrugada dejamos el hotel para volver a casa, ordenar los apuntes para armar esta nota e ir a descansar… 

¡Hasta el próximo Wine Tour! Nos veremos el próximo miércoles 18 de noviembre, para despedir el año con los mejores vinos.  
 

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