Notas Vínicas: 6 vinos de la Costa Argentina. Un viaje dentro de otro viaje

Por Valentina Livolsi (*)

Escribo esta nota feliz, porque es una nota de las vacaciones y en estas vacaciones conocí el mar argentino. Me encantó. Playas divinas, un sol hermoso e inusual y poco viento. Las cosas estaban a mi favor. ¡Hasta di una vuelta en el carrusel de Plaza Colón en Mar del Plata! No puedo explicarles el nivel de entusiasmo que tenía en el cuerpo.

Y qué suerte tuve, lo viví con familia que no veía hace un año. Doble felicidad. Todo mejora si de fondo tenés el ruido de las olas, estoy segura. Fue una semana en la que dormí poco pero vi mucho, en la que caminé tanto que me dolieron las piernas, en la que comí con todos los sentidos y, en la que claramente, no podía dejar de curiosear una bodega que me llamó la atención y encima me recomendó un querido colega.

Bodega Costa & Pampa

Desde Santa Clara del Mar emprendimos viaje y llegamos a Chapadmalal. Allí se ubica la bodega experimental de Trapiche, Costa & Pampa. Ubicada en la Estancia Santa Isabel desde 2009, cuenta con 600 hectáreas de las cuales 25 están plantadas a seis kilómetros del mar, rodeada de extensos y verdes campos que son cortados por la grandeza de los acantilados mientras el mar golpea y genera sensación de éxtasis y susto a la vez. Al menos para mí, las alturas no son de mis favoritas.

Las instalaciones de la bodega.

Fue por eso (claro…) que decidí quedarme en suelos seguros y recorrí un poquito de las instalaciones antes de que comenzara la visita guiada. Esto es así: respetando protocolos, los grupos son de hasta 10 personas. Hacés la reserva por teléfono o al mail de Turismo que pueden encontrar en la página oficial de Costa & Pampa.

La visita comenzó en la sala de proyecciones donde pudimos ver un video alusivo a la producción, el turismo y la historia de Trapiche. Elena, quien nos acompañó durante todo el recorrido, nos llevó por caminos de bosques que terminaban en los viñedos, orientados de forma tal que no sufran a causa de los fuertes vientos del lugar, con espalderos altos y bajos.

¿Cómo es el clima en esta zona costera? muy diferente al clima de montaña, acá es más frío y húmedo con una gran intensidad pluvial de hasta 1000 mm anuales, por lo que no utilizan sistemas de riego artificial. Su suelo es pedregoso y arcilloso, donde se pueden encontrar en su mayoría dientes de león y alfalfa.

Pudimos adentrarnos en los viñedos, el sol estaba fantástico y una brisa acompañaba con un frescor que acariciaba la piel.

Pinot Noir en pleno envero.

Su primera cepa plantada fue la Chardonnay, y la primera vendimia se realizó en el año 2015. Costa & Pampa no produce vinos tintos. ¿Razones? Las uvas no proliferan en estos suelos, no alcanzan su potencial de madurez y se pierden.

Luego de esto, volvimos a la bodega, directo a la sala de degustaciones. Un lugar atrapante por su diseño, su decoración y enormes cuadros con imágenes del mar. Calidez y modernidad en un mismo lugar. Podíamos ver el restaurante desde ahí, donde familias y parejas compartían sus platos y sus vinos. Mucha luz, mucho verde y mucha piedra originaria de esos suelos decorando los altos muros.

El momento de la degustación.

La degustación fue la línea completa de Costa & Pampa, todo creado en manos y con la pasión de Ezequiel Ortego, enólogo de la bodega desde sus inicios.

¿Qué probamos?

ALBARIÑO 2019: Vino transparente, brillante y limpio con destellos verdosos. En nariz me encontré con peras, damascos y duraznos frescos. Ciertas notas herbáceas y flores blancas. Un blanco fresco, de acidez equilibrada y con una mineralidad marcada que me encantó. De mis favoritos, tanto que me traje las últimas tres botellas que quedaban.

SAUVIGNON BLANC 2018: De color amarillo brillante con algunas notas verdosas. De nariz herbácea, menta y eucalipto. Buen retrogusto y bastante ácido. De cuerpo medio y también, muy mineral.

CHARDONNAY 2018: Dorado con destellos amarillos, este blanco de cuerpo medio y bien untuoso nos encantó con aromas a banana, ananá, confituras y vainilla. Bastante menos ácido ya que se realizó fermentación maloláctica antes de su paso por barrica (20% del total). Pardon my french pero… Ricazo.

PINOT NOIR 2018: Un Pinot interesante, en tonos morados claros con destellos rosados y limpio, bien transparente. De nariz frutal, como mermelada de frutilla, frambuesas y bien maduras. Ciertas notas especiadas aportadas por la madera, ya que toda su producción es en barricas de segundo uso.

EXTRA BRUT: Con 80% Chardonnay y 20% Pinot Noir, tiene un color dorado brillante, de cuerpo medio y ligero da notas de panificación como pan, levadura, budín. ¿Lo que más me gustó? Sus burbujas suaves y livianas.

BRUT ROSÉ: En contraparte, este espumante conformado con 80% uvas de Pinot Noir y un 20% de Chardonnay de color rosado acerado, se caracteriza por las mismas burbujas livianas y pequeñas, las mismas notas de pan dulce, levadura y algo de miel también en nariz y boca.

El mar tiene tantas cosas maravillosas, tanto aire, tanta inmensidad… Que una bodega tan linda en medio de la pampa y la costa no se debe pasar por alto. Si tienen la oportunidad, visiten. Prueben. Disfruten.

(*) Sommelier

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