Por Yeny Ortega Benavides (*)
“Córdoba es la tierra del fernet” es una afirmación que hemos escuchado cientos de veces y que, hasta hoy, hacía referencia al cóctel con bebida cola que la provincia impuso y popularizó, llegando a extenderse hasta letras de canciones que cantaron en cada rincón de la Argentina y el mundo.
Pero hoy, esa afirmación cobra más sentido que nunca: un fernet 100% hecho en Córdoba, con productos y hierbas 100% de las sierras, se consagró campeón en un certamen internacional.
Fue en Agentina Spirits Awards, un evento cuyo objetivo era reconocer las mejores bedidas espirituosas de la industria Latinoamericana, y que convocó a más de 450 muestras de Argentina, Chile, Uruguay, Perú y Ecuador, evaluadas por 20 prestigiosos jurados procedentes de Argentina, Chile, Italia, Escocia, Canadá y Colombia.
El encuentro, organizado por Marcos Francisca (sommelier cordobés) y Luciano Palumbo (ingeniero agrícola mendocino), se realizó el 2 de noviembre en Mendoza, y valoró muestras en categorías que abarcaron desde destilados tradicionales como whiskies, vodka, gin, ginebra, ron y brandy, hasta aperitivos como vermut, bitters, fernet, y licores.
“Esperamos durante mucho tiempo que en Argentina hubiera un concurso de bebidas espirituosas. Siempre se calificaba a los vinos, dejando a las otras bebidas sin posibilidades de competir. Así que lo considero un hito en la historia”, dijo a Circuito Gastronómico Guillermo Beney, creador del premiado fernet, que no solo se llevó el Gran Oro en la categoría «Fernet» con 98 puntos sobre 100, sino que también obtuvo una mención especial al ser considerado el «Mejor aperitivo del año».
Lo que es para uno, es para uno
Guillermo Beney se enteró del concurso casi de rebote. “Estaba viajando por Perú cuando me llegó el mensajito para que me inscriba. Después volví, pero me había olvidado de inscribirme”, cuenta.
Sobre la fecha, decidió enviar cinco bebidas. De todas ellas, Beney se colgó las medallas. Ganó con el León de las Sierras (Gran Oro), el Licor de Moras (Oro), el Licor de 50 Hierbas (Plata) y el Quemadillo (Bronce).
“Si mandaba más muestras, me traía más medallas”, reconoce con orgullo. “Yo ya me había ido del salón. Estaba en el patio conversando con un chico de una escuela de coctelería de Mendoza cuando alguien me dijo: ‘volvé, volvé que tenés otros premios‘”, recuerda.
Guillermo atravesó el salón con más de 200 personas observándolo atentamente. Apenas alcanzó a llegar al escenario cuando se disparó el cañón con los papelitos metalizados y comenzó la música del éxito: su fernet había sido elegido no solo como el mejor fernet, sino como aperitivo del año.
El alquimista de las sierras
Corría el año 1996 cuando Guillermo se instaló con su familia en las sierras de Córdoba con un rastrojero como su único capital. Tenía el firme deseo de formar una empresa familiar artesanal que elaborara bebidas que representaran a Córdoba.
“Fue muy loco. Fue muy loco”, repite casi sin poder creer aún que lo haya logrado y que su producto ostente hoy esos galardones.
Y es que fueron años difíciles, casi cinco de desarrollo de una fórmula que arrancaron vendiendo en la plaza de Cura Brochero, con etiquetas hechas en papel A4 en blanco y negro, pegadas con cinta scotch.
Hoy cuentan con una etiqueta premium que año a año fue mejorando en calidad y concepto, aunque la cinta blanca característica se sigue pegando a mano, y su capuchón sigue siendo de cera fundida.
Un mapeo de Córdoba a través de la bebida y sus hierbas
Beney cuenta con más de 29 bebidas aprobadas por ANMAT, libres de gluten y siete más que están en proceso de aprobación. Todas juntas, constituyen un mapeo de lo que es Córdoba en materia de frutas y hierbas.
“Tenemos sabores típicos que, inclusive, nunca se habían estudiado en el Código Alimentario Argentino: el Piquillín, Chañar, Mistol, Molle. Nuestras culturas originarias ya las utilizaban, pero en la actualidad nadie había estudiado si eran o no aptas para el consumo, ni sus beneficios para la salud”, relata Guillermo.
Fernet Beney tiene una base de 40 hierbas serranas. Es el único en el mercado certificado como libre de gluten, con calidad orgánica, sin conservantes y producido artesanalmente.
“No es simplemente juntar yuyos y ponerlos en una botella. Es como hacer una canción: debe tener armonía, equilibrio, y ninguna nota debe sobresalir por sobre la otra. Además, debe tener ese oculto aporte de lo medicinal”, asevera.
Quizá la mejor definición que le hayan dado a su fernet ha venido de un cliente que le dijo: “Estoy en Capital Federal, cerré los ojos, destapé tu botella y me encontré caminando por los senderos de Córdoba”.
Convertir a los clientes en vendedores
La pandemia fue un antes y un después para los emprendedores. Muchos negocios que se fueron a pique. Otros, como el Ave Fénix, supieron renacer de las cenizas. Beney fue uno de ellos.
En plena cuarentena, muchas personas los contactaban para que les enviaran una botella del preciado líquido con el fin de disfrutarlo en sus casas y hacer más llevadero el encierro. Con una elocuencia digna de subrayar, Guillermo les explicaba que les costaba lo mismo el envío de una botella o de una caja de fernet. “Así fuimos convirtiendo a los clientes en vendedores”, cuenta.
“Cuando volvimos a la normalidad ya teníamos el doble de volumen, y muchos clientes distribuían y vendían nuestro fernet en ferias o negocios de otras provincias”, reconoce.
Las bebidas de Beney comenzaron a expandiste por la Argentina, llegando a ser utilizadas no solo para coctelería, sino también para repostería y gastronomía.
“Chefs como Martitegui y Lambertini han visitado nuestra fábrica. Muchos cocinan hoy con nuestros productos”, cuenta Guillermo con orgullo.
Hoy, Beney no sólo engalana las góndolas de bebidas, también está presente en cervezas, quesos y alfajores que utilizan sus extractos en su elaboración.
(*) Periodista gastronómica.
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