(*) Por Roberto Colmenarejo
La provincia de Mendoza es el centro de la actividad vitivinícola argentina. Con unas 159.000 hectáreas de viñedos, representa más del 70 por ciento de la superficie implantada y de la producción total de vinos del país, además de tener registradas en su catastro casi el 60 por ciento de las bodegas nacionales.
Esta cuantiosa extensión de viñas está repartida en cuatro grandes áreas conocidas como “oasis” (recordemos que la región cuyana es muy desértica, así que sólo hay producción agrícola en las zonas irrigadas por el hombre). Estos “oasis” cubren enormes superficies del espacio provincial, que comparten ciertas características edafoclimáticas .
Recorriendo de norte a sur, se reconocen las siguientes zonas productivas: Norte y Este Mendocinos, Zona Alta del Río Mendoza -también llamada “Primera Zona”-, Valle de Uco y Sur Mendocino.
Norte y Este mendocinos
Comprende una enorme planicie de baja altura (600-750 m.s.n.m.), que encierra a la ciudad de Mendoza desde ambos puntos cardinales, y se extiende casi hasta el límite oriental de la provincia (colindante con San Luis). Tiene un clima desértico y cálido, con reducida amplitud térmica.
Incluye los departamentos de La Paz, Santa Rosa, Rivadavia, Junín, San Martín, Lavalle. Las Heras, Guaymallén y una pequeña porción de Maipú. Cobija la mayor mancha de viñedos de la provincia, aunque probablemente sean los que cuentan con menos reputación. Cuenta con una gran diversidad de variedades plantadas, pero destaca en importancia la Bonarda por su buena adaptación a los tórridos veranos.
. Vino recomendado. Alambrado Bonarda 2013 ($72): La bodega Familia Zuccardi es una de las pioneras en el desarrollo de esta variedad, elaborando notables ejemplares de Bonarda en todas sus gamas. En esta línea media propone un tinto agradable y sencillo -proveniente de sus fincas en Santa Rosa- que a mi entender reproduce fielmente la tipicidad del cepaje. Brinda aromas frutados, especiados y algo terrosos que se complementan con una boca de cuerpo medio, entrada seca y paso franco, con correcta acidez, taninos algo rugosos y persistencia media. Un vino ideal para compartir en el asado semanal con amigos.
Zona Alta del Río Mendoza
Comprende una región levemente ondulada de mediana altura (700-1000 m.s.n.m), con moderada pendiente sentido oeste-este y desarrollada sobre ambos márgenes del Río Mendoza, al sur de la ciudad Capital. Tiene un clima templado y bastante seco, con buena amplitud térmica. Incluye los departamentos de Luján de Cuyo y Maipú.
Cobija una enorme cantidad de viñedos y bodegas -incluso los más antiguos de la provincia-, pues allí comenzó el florecimiento de la industria vitivinícola a finales del siglo XIX. Dada su importancia para la actividad, usualmente se la conoce como “Primera Zona”. Cuenta con el mayor muestrario de variedades implantadas, pero sobresale el Malbec por ser el cepaje más representativo.
. Vino recomendado. Norton Reserva Malbec 2010 ($118): Este magnífico tinto procede de la centenaria bodega lujanina Norton, que vinifica buenos ejemplares de Malbec en todos sus gamas de precio. La línea reserva seduce con este vino elegante, de carácter varietal definido y moderada crianza en roble. Al levarlo a la nariz aparecen aromas de frutas rojas en sazón -ciruelas, cerezas- y flores de violetas, matizados con sutiles trazos especiados y tostados aportados por el añejamiento. En la boca se muestra sabroso y pleno, con entrada amable, paso frutal maduro, acidez perfectamente balanceada, taninos pulidos y grata permanencia. Un Malbec de manual de enología para sentirnos orgullosos y mostrar al mundo lo que puede ofrecer nuestra variedad de bandera.
Valle de Uco
Comprende el amplio y fértil valle aluvional (entre 900-1600 m.s.n.m.), formado por las estribaciones de los diferentes cordones que conforman la Cordillera de los Andes. Está ubicado a 100 kilómetros al sur de la ciudad de Mendoza. Tiene un clima más bien frío, con marcada amplitud térmica.
Incluye los departamentos de Tupungato, Tunuyán y San Carlos. La producción frutihortícola tiene larga data en el valle, pero la expansión de los viñedos comenzó en las últimas dos décadas. Cuenta también con un amplio abanico de variedades plantadas, aunque me gusta destacar los blancos por su buena aclimatación al riguroso clima.
. Vino recomendado. Catalpa Chardonnay 2012 ($180): Un blanco exquisito de la Bodega Atamisque, para descorchar en momentos realmente especiales. Un Chardonnay que ha sido fermentado parcialmente en barricas buscando ampliar su cuerpo y estructura; pero que sin embargo no ha perdido ni un ápice de frescura gracias a la vibrante acidez que le imprime el terruño tupungatino. Propone una paleta aromática compleja, donde se entrelazan notas frutales -manzana, ananá-, melosas, avainilladas, ahumadas y lácticas -aportadas por el roble- e incluso algunas sensaciones minerales. En la boca es un vino voluminoso pero muy fluido, de paso delicado y untuoso, con recuerdos maduros, refrescante acidez y dilatada persistencia. Un blanco ideal para comer, maridando pescados o mariscos.
Sur mendocino
Comprende una amplia planicie de mediana altura (500-800 m.s.n.m.), con marcada pendiente sentido oeste-este, ubicada sobre las márgenes de los ríos Diamante y Atuel. Tiene un clima templado a frío, con buena amplitud térmica. Incluye los departamentos de San Rafael y General Alvear.
Ostenta una larga tradición vitivinícola, aunque todavía es poco reconocida por la mayoría de los consumidores. Cuenta con un variado e histórico encepado, pero recomiendo fervientemente sus blancos de variedades poco usuales.
. Vino recomendado. Alfredo Roca Fincas Los Amigos Tocai 2014 ($85): La bodega de la familia Roca es toda una institución en San Rafael, tanto por su larga trayectoria como por la calidad y consistencia de sus productos. Este blanco es probablemente uno de sus vinos más emblemáticos, elaborado con la uva italiana Tocai, también llamada Sauvignonasse. Ofrece nítidos aromas de frutas blancas -peras, damascos-, cítricos y dejos herbáceos; que se apoyan en una boca sabrosa y de cuerpo medio, donde se repiten los sabores frutados, con fresca acidez, sutil amargor final y permanencia media. ¡Perfecto para la copa del aperitivo, en estas últimas noches estivales!
¿Y ustedes, conocían Mendoza? ¿Tienen algún vino preferido de cada región?
(*)Sommelier y docente – [email protected]