Las mujeres detrás de los mejores vinos argentinos

El vino acompaña al hombre desde hace más de 8000 años, pero fue recién hacia fines del silgo XIX que se forjó como industria en la Argentina, a partir del esfuerzo de hombres, de acuerdo a las pautas culturales de la época. Pero hay muchas mujeres que se animaron hace ya un tiempo a incursionar en el mundo del vino local, tan machista hasta hace un par de décadas como el internacional.

Se le reconoce a Susana Balbo (Diputada Nacional de Cambiemos por Mendoza hasta abril 2018) ser la primera licenciada en enología. Siempre cuenta lo difícil que fue para ella trascender entre tantos hombres, sobre todo ganarse la confianza de sus pares masculinos, mucho más que por el esfuerzo que le demandó la carrera. Pero su visión le permitió ser pionera en lograr blancos en Salta a partir de la uva Torrontés, capaces de competir con los blancos aromáticos más famosos del mundo. Recorrió decenas de países con los vinos de Catena, hasta que a fines de los 90 levantó su propia bodega. Hoy, Susana Balbo Wines es el emprendimiento que lidera junto a sus hijos (José y Ana), y que cuenta con la participación del reconocido ingeniero agrónomo Edy Del Pópolo. Muchos de sus vinos llevan su nombre en la etiqueta y ya han conquistado los mercados más exigentes.

Por suerte, no es la única mujer del vino argentino. Laura Catena, hija del doctor Nicolás Catena, es la heredera natural del imperio vínico conocido como Catena Zapata, pero es muy interesante entender cómo llegó a ese lugar de liderazgo, ya que en la actualidad es considerada una de las mujeres más influyentes del vino a nivel global. Cuenta la historia que su padre la visitaba en San Francisco (Estados Unidos), mientras estudiaba para recibirse de doctora en Medicina, y juntos disfrutaban de grandes vinos europeos. Un día decidieron hacerse una escapada hasta Napa Valley, muy cerca de San Francisco. Allí, al visitar la bodega Opus One y conocer a Robert Mondavi, Nicolás entendió el rumbo que debía tomar la bodega familiar, hasta entonces más dedicada a los vinos masivos como todas.

Pero también su hija comenzó a imaginar el legado que le dejaría. Los años transcurrieron, hoy Catena Zapata es sinónimo de Malbec y de gran vino argentino, gracias al trabajo realizado en los últimos treinta años. ¿Pero qué lugar ocupa Laura Catena? Ella, hasta hace muy poco se mostraba tan distante como orgullosa de los logros de su padre. Pero su amor por el vino, admiración por su padre y pasión por el vino, la fueron acercando cada vez más; aunque sigue viviendo con su familia en San Francisco, donde trabaja como médica de guardia en un hospital. Pero su don por la investigación le permitió inaugurar la nueva etapa de Catena Zapata junto al enólogo Alejandro Vigil. Porque ya no se trata de vinos, varietales o blends, de viñedos específicos. Ella decidió ir un paso más allá y aplicar su experiencia personal trasladada al viñedo. Creó el Catena Institute of Wines para responder a todos sus por qué, y para entender qué tenían de especial los suelos de sus viñedos. Así nacieron los flamantes Malbec y Chardonnay de parcelas de la bodega, que provienen de lugares específicos con diferencias marcadas basadas en la microbiología de sus suelos: Mundus Bacillus Terrae, Fortuna Terrae, Riverstones, White Bones y White Stones; todos provenientes de Adrianna Vineyard en Gualtallary, y son de los mejores calificados de la Argentina por la prensa internacional.

Pero son tantas las enólogas y agrónomas que trabajan en bodegas y viñedos a lo largo del país que sería imposible nombrarlas a todas. Aunque esas heroínas silenciosas de la vid y el vino están muy bien representadas por las enólogas que firman las etiquetas. Como Estela Perinetti, una de las mujeres más respetadas de la industria. Trabaja en Catena desde hace varios años, y actualmente junto a Laura elabora los vinos de Luca Wines, además de tener un vino propio con su nombre. Ingeniera agrónoma y enóloga, fue la elegida del Barón Eric de Rothschild para poner al frente de la bodega Caro -el joint venture junto a Catena- allá por comienzos del milenio.

La agrónoma Belén Iacono también trabaja en el grupo Catena, y es la que lleva el día a día del viñedo Adrianna, quizás el más estudiado y premiado de Sudamérica. Por su parte, Dany Rolland es la mano derecha de Michel Rolland en Mariflor, la última bodega inaugurada en el Clos de los Siete. Además, trabaja codo a codo con el afamado flying winemaker desde que se recibieron de enólogos, en Eno Rolland; el laboratorio enológico internacional que comparten, desde el cual asesoran a bodegas en diversos países.

Cathernie Pere-Vergé ya no está en este mundo, pero dejó un gran legado. Ladera de Rolland, inauguró la primera bodega en el Clos de los Siete (Monteviejo). Y no dudó de poner al frente de sus bodegas, tanto en Argentina como en Pomerol (Francia), al -por aquel entonces joven- enólogo Marcelo Pelleriti. Él, devenido en uno de los más importantes del país, nunca oculta la influencia y las exigentes enseñanzas que le dejó “la señora”.

Dos hermanas que están dando que hablar cada vez más son Sofía y Lucila Pescarmona, hoy al mando de Lagarde. Sofía se sumó a fines de los 90 y, junto a Juan Roby (enólogo), lideró la transformación de la tradicional bodega familiar. Hoy las hermanas tienen sus propias etiquetas (Sister´s Selection) y cada una cumple un rol bien definido, imprimiendo ambas su sello en cada vino de la casa.

Soledad Vargas es la joven enóloga que tuvo que ponerse Finca La Anita al hombro, y después de más de cinco años de trabajo duro se ha consolidado con sus vinos. A Noelia Torres, después de estar más de diez años secundando a Paul Hobbs en Viña Cobos, le llegó la hora de ponerse al frente de una bodega: Ruca Malen.

Andrea Muffato es madre enóloga de hijo enólogo (Manu) y esposa de bodeguero winemaker (Gerardo Michelini). Ella (y su familia) está aportando mucho a la identidad de los nuevos vinos del Valle de Uco. Victoria Prandina, enóloga del equipo de Trivento, fue la elegida de Enrique Tirado, uno de los enólogos más respetados de Chile, para elaborar los Lejanamente Juntos blanco y tinto, que ya recorren el mundo.

En Cruzat, Lorena Mulet es la sombra de Pedro Rosell, y la que va a heredar su vasta y espumosa experiencia. Otra que se dedica a las burbujas es Tania Höy, una joven enóloga del NOA que asesora a varias bodegas de la zona y elabora los vinos en Dal Borgo. Junto a su pareja elaboran uno de los espumosos de altura más interesantes.

Pero hay muchas más enólogas que se lucen en sus bodegas: Paula Borgo (Séptima), Valeria Antolín (Piatelli), Julia Halupczok (Finca Sophenia), Andrea Ferreyra (Finca La Celia), Silvia Corti (Argento), Victoria Pons (Melipal), y la asesora Gabriela Celeste, entre otras.

También hay muchas más mujeres en bodegas que hacen posible muchos de los vinos que los argentinos disfrutan día a día. Como Patricia Ortiz que dirige la bodega Tapiz desde hace más de una década, o Lucía Romero que es la cara visible de El Porvenir de Cafayate. Justamente de allí es la tradicional familia Lavaque, que tiene en Dolores una representante que va más allá de la enología, involucrada en promover el consumo y la cultura del vino. Cabe destacar que en Finca Quara (una de las bodegas de los Lavaque) la enóloga actualmente es Natalia Páez.

Anne Bousquet, junto a su hermano, ha tomado las riendas de la bodega que fundara su padre en el corazón de Gualtallary, y se propuso convertirla en la mayor productora de vinos orgánicos del país.

El ingeniero Alberto Arizu y Alicia compartieron toda su vida juntos, y hace tiempo fundaron Viña Alicia, a partir de un jardín de viñas en Las Compuertas que ellos cuidan personalmente. Una historia similar es la de David y Sonia, que crearon SonVida. El matrimonio invirtió hace muchos años en Altamira, hoy devenida en la joya de la vitivinicultura nacional. Ella es sommelier internacional y periodista, y junto al enólogo define el estilo de sus vinos. Casualmente, Belén Soler Valle también es sommelier y periodista, y además manager y dueña de Vinos de Potrero, el flamante emprendimiento junto a su esposo Nicolás Burdisso (actual director deportivo de Boca Juniors).

En Revancha, muchos pueden ver la personalidad y experiencia de Roberto de la Mota, enólogo de Mendel y uno de los grandes personajes de la industria. Pero sin dudas, el apoyo de Beatriz, su inseparable mujer, le ha permitido a Roberto seguir adelante y vivir su propia revancha, no solo con sus vinos sino también con su vida. Y nadie puede dudar lo que significa Ana Amitrano para Sebastián Zuccardi (uno de los hacedores con mayor potencial), no sólo porque es su madre y directora comercial de la Bodega, sino por su trayectoria y pujanza dentro de la industria.

Siempre hubo y habrá mujeres que influyan directa o indirectamente en los vinos que se consumen. Como la famosa Anita, que inspiró a sus hijos a principios de los 90 a crear La Finca. O también Carmen, la mujer de Enzo Bianchi, o Magdalena, la madre del fundador de Pascual Toso, o Nury, la mujer de Alfredo Roca, o como Diane, la mujer que acompaña a Hervé Joyaux-Fabre a todos lados representando los vinos de Fabre, desde hace muchos años.

10 vinos de ellas para disfrutar

  1. Catena Zapata Adrianna Vineyards White Bones 2012. Bodega Catena Zapata, Gualtallary, Valle de Uco. Chardonnay de buena acidez con algo maduro en su carácter. Refrescante y de buen cuerpo, con una tipicidad muy particular, combinación de frutas blancas con tonos herbales en armonía. De paso tenso y graso a la vez, son las texturas las que lo diferencian. Un vino de terroir, muy estudiado y cuidado, con un gran potencial. Se mantiene joven y voluptuoso, con una agradable y delicada vivacidad, y con su complejidad que empieza a asomar. Para beber decantado o guardar unos años más. Puntos: 92
  2. Susana Balbo Signature Cabernet Sauvignon 2015. Susana Balbo Wines, Los Árboles, Valle de Uco. De aromas austeros, pero de carácter más frutal que especiado. Paladar compacto con taninos firmes pero finos. Muy buen volumen, con algo de frescura y una madurez de fruta bien lograda, y un especiado bien definido. Se nota que es un vino con más potencial, y la madera se está acomodando, pero ya no es protagonista. Con buen musculo y gran potencial, es un vino que tiene muy claro su horizonte. Puntos: 92
  3. Lindaflor Malbec 2010. Bodega Monteviejo, Vista Flores, Mendoza. Marcelo Pelleriti se enfrentó a un año muy distinto al 2009, empezó con una uva fresca, con buena acidez natural hasta la llegada del zonda, lo cual obligó a cosechar en diferentes momentos (previa y post viento el 28/3), y el vino es una conjunción de esas dos cosechas. Sus aromas son intensos y elegantes, de ataque compacto, con taninos incipientes y delicada profundidad. Es carnoso, y voluptuoso, con la madera bien integrada. Un tinto que explota en boca con mucho equilibrio, y del cual se hacen 25.000 botellas año. Puntos: 92
  4. Sisters´ Selection Sauvignon Blanc 2017. Bodega Lagarde, Tupungato Alto, Valle de Uco. Cuando se combinan la experiencia de las zonas tradicionales con el ímpetu de los viñedos nuevos de altura, se logran vinos que van mucho más allá de la frescura y el impacto. Con este blanco no solo Juan Roby lo demuestra, sino que además las hermanas Pescarmona (Sofía y Lucila) se reciben de winemakers. Porque es un gran vino, con austeridad y equilibrio a pesar de ser Sauvignon Blanc, un cepaje efusivo. Sus texturas son filosas pero amables a la vez y no exagera en nada, con un carácter suave de frutas blancas, con leves dejos cítricos y herbales. Un vino que refresca con elegancia, muy completo, para disfrutar en la buena mesa. Puntos: 92
  5. Luca Old Vine Malbec 2015. Luca Wines, Valle de Uco. Este Malbec se nota que es de Catena, no sólo por el estilo sino por la concepción. Blend del Valle de Uco de viñedos con más de 50 años. De aromas classy, pero frescos e intensos. En boca es refrescante, de trago consistente y profundo, con una agradable expresión sucrosa de frutas rojas y especias, bien rodeadas por sutiles notas de crianza. Puntos: 91,5
  6. Finca La Anita Gran Corte 2017. Finca La Anita, Agrelo, Mendoza. Blend muy pensado y acertado, apoyado en la variedad más emblemática de FLA (Syrah, 59%) con aportes de Malbec. De aromas intensos pero delicados, muy buena entrada en boca, con frescura y carácter de fruta. Buen volumen, con fluidez y algo de especias, con agarre y enjundia. Algo más moderno que los varietales porque se nota más la madera. En su final de boca hay algo de café y frutas negras. Un nuevo corte de Finca La Anita que nada tiene que ver, al menos en estilo, con el antiguo Finca. Puntos: 91
  7. Mariflor Merlot 2013. Bodega Rolland, Vista Flores, Valle de Uco. Nadie puede discutirle a Michel Rolland sobre Merlot, y esta es una muestra cabal que sus vinos son diferentes. Porque nada tiene que ver, en estilo, el Mariflor con el Le Bon Pasteur, por ejemplo. De aromas intensos, frutas negras y algo de vegetales, maduro y casi confitado. Con taninos incipientes y bien compacto en sus expresiones, que se abren en la copa. Un Merlot para beber o guardar. Puntos: 90
  8. Domaine Bousquet Reserve Pinot Gris 2016. Domaine Bousquet, Gualtallary, Valle de Uco. Emilio Abrahán elabora este blanco de uvas orgánicas con un pequeño aporte de Chardonnay (15%). De buen cuerpo, paso denso y austero, con la frescura bien lograda. Tiene la gracia del varietal, de paladar no muy profundo profundo, pero con cuerpo, tipicidad y agradable vivacidad. Se lo nota joven aún y con buena estructura para acompañar pescados y otras carnes blancas a la parrilla. Beber entre 2017 y 2018. Puntos: 89
  9. Nury Rosado de Malbec 2017. Alfredo Roca, San Rafael, Mendoza. Don Alfredo y sus hijos crearon este rosado hace un par de años para homenajear a la Gran Dama de la familia y la bodega. Blend de Malbec con un toque de Pinot Noir (5%), cosechadas la tercera semana de marzo en Finca La Herminia. Es un vino fresco y voluptuoso, con cierta madurez en su carácter frutal, típico del Malbec y final profundo. Más allá de su impactante botella y aspecto (piel de cebolla), es ideal para servir en la mesa acompañando arroces en diversas preparaciones. Puntos: 88,5
  10. Ruca Malen Extra Brut. Bodega Ruca Malen, Valle de Uco, Mendoza. Noelia Torres es la flamante enóloga de la casa, y ha concebido este espumoso natural a partir de un blend de Pinot Noir, Chardonnay y Semillon. Aromático y atractivo, de paladar bien refrescante, con notas cítricas y burbujas persistentes. De final amable y persistente. Ideal para servir con sushi, frutos de mar y pescados. Puntos: 88

Fuente: https://www.infobae.com/

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