Desde el primer día, Valley (Recta Martinoli 6030) se propuso la misión de lograr una pastelería definida por sus principios y conceptos más fuertes: creativa, de temporada (sin importar que el producto fuera amigable o no con la pastelería convencional) y con la
mayor proporción de ingredientes orgánicos posibles.

El comienzo fue bastante turbulento ya que, al igual que sucedía con el resto de la carta, había comensales que la entendieron rápidamente y otros que tardaron más. Pero, en general, sus arranques y propuestas fueron recibidas con agrado y sorpresa.

Valley logró despertar ese interés en la gente de probar algo diferente en pastelería, que suele tener un aspecto más oscuro en las masas por la fuerte presencia de la harina integral orgánica que abunda en sus preparaciones y el azúcar orgánica que tiene un aspecto más oscuro que la tradicional.

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