No hay datos certeros sobre el origen de los conitos de dulce de leche que es -casi seguro- un invento argentino.
Pero si uno investiga, no hay nada concreto. Un video en las redes menciona un origen cordobés en 1947, otro dice que se hicieron por primera vez en esa mismo época en Trenque Lauquen (provincia de Buenos Aires) y otros más afirman que nacieron en la playa atlántica de Necochea.
Una empresa nacida en 1950 en Mar de Ajó, llamada Bocana, se adjudica el invento.
Lo indiscutible es que no existe una golosina donde se disfrute mejor el dulce de leche. Apenas una fina galleta en la base le da crocantez. Y la delgada cobertura de chocolate aporta consistencia y aroma. Pero todo lo demás es dulce de leche explotando en la boca.
“Es el paraíso para los amantes del dulce de leche”, confirma Adriana Joyas, CEO & Cheff Chocolatier de Ególatra. “Es el producto que eligen los chicos cuando entran a una fábrica de alfajores. Aunque nosotras también tenemos adultos que solo compran conitos”.
Los conitos de la multipremiada chocolatería Ególatra son la expresión más exquisita de esta categoría.
“Son muy diferentes -dice Adriana-. Por finita que sea, usamos una base de galleta de cacao, la misma que sirve de tapa para nuestro alfajor Bariloche. Luego lleva 40 gramos de dulce de leche premium; pesamos los conitos uno por uno. Y el baño se hace con puro chocolate semi amargo”.
Aunque la chef surgiere no guardar productos de chocolate en la heladera, porque la humedad y el frío alteran el sabor, reconoce que algunos clientes ponen los conitos en el freezer y lo consumen como un bocadito frío. “Al ser 90% dulce de leche, no se congela nunca por la cantidad de azúcar que tiene”, explica.
Dónde conseguirlos
Si no los probaste, podés hacerlo con la caja La Gurmet del mes de los Enamorados (ir a la tienda) o conseguirlo en los dos locales de Ególatra: Venezuela 67 (Nueva Córdoba) y Juan Bautista Daniel 2015 (Cerro).
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