Entrevista a Pablo Tabachi, de Angélica Helados: heredero de una pasión familiar

diciembre 20, 2024

Entorno al helado, muchas veces se cuentan historias de inmigrantes italianos que trajeron recetas entre sus pertenencias y que quisieron replicarlas en estas tierras para rememorar el sabor del «gelatto». Pero la historia de Angélica Helados nació en el jardín del valle de Punilla, en Villa Giardino, allí donde Aníbal Tabachi comenzó con el proyecto hace 25 años.

«El emprendimiento se inauguró el 8 de diciembre de 1999. Como era finales de los 90, necesitábamos encontrar una salida laboral y se nos ocurrió iniciar este emprendimiento de la fabricación de helados artesanales, lo iniciamos con muchas expectativas y dedicación y hoy transcurridos 25 años, tenemos la satisfacción de que nuestros helados son muy apreciados en el ámbito en el que nos desarrollamos», cuenta Pablo, el hijo de Aníbal que hoy es parte de la heladería.

Y agrega: «Surgió con la idea de generar un emprendimiento familiar, vinculado a un producto, como es el helado, que se disfruta en cualquier momento, solo o en compañía».

Una pasión familiar

Así fue que la heladería se convirtió en lo que Aníbal buscaba, un emprendimiento netamente familiar en el que los miembros de su familia que quisieran, pudieran encontrar un lugar para desempeñarse y compartir la pasión por el helado.

Desde siempre, Aníbal contó con el apoyo de sus tres hijos Claudia, Paola y Pablo, y juntos decidieron que la heladería se llamaría Angélica, como la mamá de los tres.

«Actualmente estamos en la transición a la segunda generación de la heladería: Claudia fabrica el helado, yo me dedico a la elaboración de paletas y tortas heladas y mi papá acompaña desde otro lugar con algunas tareas administrativas. Paola hoy en día se dedica a la costura y tiene su propio local de ropa», detalla Pablo.

Pablo se desempeña en la elaboración de paletas.

Helados para todos los gustos

En estos 25 años, en Angélica se elaboraron muchísimos sabores de helados. Primero servidos en cucuruchos o en vasitos, luego llegaron los postres, las tortas, los alfajores y las paletas con formas diversas.

Consultado acerca de los sabores más pedidos por la gente, Pablo enumera: «Diríamos que el sambayón, el pistacho y nuestros dulces de leche invitan a volver. Y hoy la variedad de nuestras paletas son una gran novedad. Los postres helados también ocupan un lugar destacado».

Pero asegura que siempre están «en la búsqueda de innovaciones para mejorar la experiencia con nuestros clientes, el año que viene habrá novedades respecto al futuro de nuestro emprendimiento que iremos publicando en nuestras redes sociales».