Si hay un alimento que gusta a todos y que siempre funciona, es el queso: sabroso, versátil, tentador, es un plus a cualquier comida.
No importa si el plato es frío o caliente, dulce o salado o si es media mañana, tarde o noche. En todas sus formas, siempre viene bien un lácteo tan apetitoso y fácil de conseguir como el queso. Para que le saques el mayor provecho a este alimento, te mostramos algunas de los ingredientes con las que podés contar a la hora de combinarlo.
- Hierbas aromáticas
Las hierbas aromáticas, ya sean frescas o secas, acompañan muy bien a los quesos ya por sí solos o también en platos elaborados como ensaladas o pasta. Existen muchas hierbas aromáticas para utilizar: tomillo, romero, perejil o albahaca son los más comunes. - Vinos
El clásico por excelencia. ¿Quién no ha disfrutado de un buen vino en maridaje de una picada de quesos?
Respecto a esto, la realidad es que no existe una regla fija sobre la combinación de quesos y vinos, ya que en cuestiones de gustos las opciones son infinitas. Lo que sí se puede afirmar es que a la hora de preparar una tabla de quesos, será necesario buscar un vino que vaya bien con la mayoría de los quesos dispuestos, tarea que puede tornarse complicada. - Frutas frescas
Si bien no es la opción más común, esta abre una puerta muy amplia a la combinación de un sinnúmero de posibilidades. La única cuestión a atender es elegir frutas maduras sin mancha y dejar que los quesos a utilizar alcancen la temperatura ambiente para resaltar así los sabores más sutiles. Con cada queso combina una fruta diferente, por lo que te dejamos algunos lineamientos:
1. El queso Cheddar va excelente con frutas firmes y fuertes como manzanas y peras.
2. Respecto al Brie y Cammembert, quedan deliciosos con granadas, uvas y kiwis.
3. Por lo general, el queso queda espectacular con frutas exóticas… ¿Un ejemplo? El mango o la palta.
4. El queso de cabra tiene un ligero sabor ácido, que marida muy bien con frutas dulces, como higos, peras, uvas o manzanas. Si estas están caramelizadas, aún mejor. - Membrillo
Clásico de clásicos. El sabor de un queso intenso curado combina perfectamente con un corte de membrillo, más si este es casero. Es una de las combinaciones preferidas de los argentinos, especialmente cuando se sirven ambos juntos cortados en bastones y acoplados en forma de sándwich. - Mermeladas y confituras
En relación a esta mezcla, la mayoría de las mermeladas que van aparejadas por un queso (ya sea firme, untable o cremoso) funcionan perfectamente tanto como aperitivo como plato principal o postre. Más allá de esto, existen ciertas recomendaciones:
1. Mermelada de manzana : mozzarella, cabra o cheddar.
2. Mermelada de mora: azul, camembert o feta.
4. Mermelada de pera: brie o stilton.
5. Mermelada de ciruela: cabra, crema o gouda ahumado.
6. Mermelada de frambuesa: parmigiano reggiano, brie o queso crema.
7. Mermelada de frutillla: cabra, queso crema o brie.
8. Mermelada de higos: brie, mascarpone o mozzarella. - Frutos deshidratados
La fruta deshidratada y el queso son un tipo de maridaje especial que se presta a una cantidad enorme de opciones. La dulzura de la fruta es un buen equilibrio con un queso rico y cremoso. Lo ideal es elegir las frutas disecadas de tu preferencia (pasas, higos secos, bananas, etc.) y lanzarse a degustarlas con una selección de quesos de distintas texturas. Al igual que con la fruta fresca, la sensación de sorpresa de encontrar una exquisita combinación es parte de la experiencia. - Panes
La conjugación de pan y queso es otra forma tradicional de consumir este lácteo, aunque todo depende de los gustos personales. En líneas generales, tanto los panes blancos como los caseros e integrales se acoplan perfectamente con todos de quesos, pero no debemos olvidar los panes de salvado o panes tostados, que suelen tener más condiciones a la hora de combinarlos. Por lo general, el baguette, los deshidratados y los que incluyen frutos secos o especias son infalibles en esta tarea. - Miel
Aunque suene arriesgado, una de las mejores combinaciones que podemos hacer es la que junta miel con queso, sobre todo si este último es cremoso, como ocurre con el queso de cabra. El dulzor de la miel y el punto salado del queso son un contraste único e irresistible. - Aceitunas
Las aceitunas en vinagre o en conserva son un buen complemento para el queso cremoso. Algunas formas de servirlos son en pequeños platitos o cuencos separados o sino, preparar con palillos para ofrecerlos más bien como un aperitivo. - Frutos secos
En este caso, lo que se disfruta de este rejunte son las diferentes texturas en la boca. Los frutos secos (especialmente las nueces) son perfectos para unir el lado crujiente de estos con la textura cremosa del queso. Como recomendación, se pueden servir los frutos secos en un plato aparte del queso o espolvorearlos a su alrededor. Las nueces son la guarnición perfecta para recetas de ensaladas que incluyen queso. Sin embargo, lo mejor es experimentar de primera mano con los sabores: maní, nueces, almendras o avellanas, todas funcionan en esta búsqueda.
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