Día del Malbec: por qué se celebra y cinco recomendados para homenajearlo

Por Yeny Ortega Benavides (*)

La historia argentina da cuenta de la multiplicidad de romances que la han atravesado e influido. La del Malbec y el terroir argentino merece un capítulo aparte.

Todo se remonta a un 17 de abril del año 1853, cuando el aquel entonces presidente de la Nación, Domingo Faustino Sarmiento, presentó ante la Legislatura de la Provincia de Mendoza un proyecto que creaba una Quinta Normal y una Escuela de Agricultura, con el objetivo de potenciar la incipiente industria vitivinícola del país.

Ese mismo día, Sarmiento le encomendó al viticultor francés Michel Pouget que trajera nuevas cepas en su viaje hacia estas tierras.  Pouget trajo consigo estacas y semillas de Cabernet Sauvignon y Malbec, además de los métodos científicos necesarios para su cultivo.

Amor a primera vista

El Malbec se adaptó a este suelo como si lo conociera de toda la vida. La cepa comenzó a ser fuente de vinos que sorprendieron, e incluso, superaron a los producidos en su país de origen.

Diez años después, en 1863, Francia se convertía en el primer país en sufrir la plaga de la filoxera (también conocida como la gran plaga del vino francés), una catástrofe que destruyó muchos viñedos en Europa y arrasó con la industria del vino.

Más adelante, en 1956, el país europeo debió sortear otro obstáculo: una helada que exterminó los restantes viñedos de Malbec. Mientras tanto, en estas tierras, Argentina seguía perfeccionando la cepa y posicionando a dicho varietal como el emblema del país.

El Malbec se adaptó a este suelo como si lo conociera de toda la vida.

Con el tiempo, y dada la envergadura del Malbec argentino en el mundo, el 17 de abril logró posicionarse como una fecha histórica para la promoción de este vino argentino a nivel global.

Fue así como la Argentina le regaló al mundo no sólo los mejores ejemplares de este varietal, sino una efeméride que se ha mantenido con el paso de los años.

El Malbec en cifras

Hoy, el Malbec es la cepa más cultivada en el país y la más representativa del vino argentino en el mundo. Según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura, a cifras del 2024, cerca del 50% del total del Malbec comercializado en el mundo es argentino.

La cepa se produce en 14 provincias superando las 46 mil hectáreas plantadas en Argentina, y representando el 23,8% del total de uvas cultivadas en el país.

La provincia de Mendoza encabeza el ranking de superficie plantada del varietal con el 84.6% (39.248 ha), seguida por San Juan con 2.917 ha (6.3%) y Salta con 1.647 ha (3.5%).

Actualmente, el Malbec Argentino se exporta a 122 países, siendo los principales compradores Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, Canadá y México. Se estima que cada 24 horas se venden 389 mil botellas de Malbec en el mundo.

Cinco recomendados

Achával Ferrer appellation (Lujan de Cuyo, Mendoza): nacido de la complejidad del mosaico de suelos y climas presentes en este valle, este vino logra una expresión típica de montaña resaltada por su frescura, mineralidad y marcada estructura. “Lo recomiendo porque es la expresión del Malbec Lujanino, de una fruta madura y rica”, destaca en diálogo con Circuito Gastronómico Ivan Fleck, de Grandes Vinos Argentinos.

Chañarmuyo Viña Providencia Malbec (Valle de Famatina, La Rioja): un Malbec diferente, con marcada mineralidad, aromas florales, afrutado, con personalidad, final persistente y muy buena acidez. “Es un Malbec para mostrar la expresión del terroir de La Rioja, y una demostración de que podemos encontrar Malbec de alta gama en esa provincia”, acota Fleck.

Alta Yari gran Malbec Calcáreo (Gualtallary, Valle de Uco, Mendoza): un vino al cual el clima y los suelos calcáreos le han aportado todo lo necesario para que sus uvas maduren de una forma especial, dando como resultado un ejemplar vibrante, mineral y complejo. Es un vino profundo, lleno de aromas a frutos negros silvestres y unos taninos pulidos en la boca. “Alta Yari fue reconocida este año como Bodega Del Año. Es una bodega que explora a la perfección el terroir de Gualtallary”, aporta Fleck.

Zaha Malbec (Paraje Altamira, Valle de Uco, Mendoza): un vino profundo, con aromas intensos a frutas rojas y notas florales y vegetales amalgamadas. De entrada dulce, se va complejizando en boca hasta tornarse elegante, redondo y sedoso. “La expresión de Altamira, una zona de terroir jugoso y mineral”, agrega el experto.

Domiciano Reserva Nocturna Malbec (Barracas de Maipú, Mendoza): Un vino intenso, con marcadas notas a cerezas y ciruelas que evolucionan elegantemente hacia una compleja combinación de incienso y especias. Voluptuoso, aterciopelado, con cuerpo, textura carnosa y taninos aterciopelados, termina firme y persistente en un conjunto de notas a frutos negros, cacao y café. “La expresión de fruta cocida y madura, de una zona que está a punto de ser IG (Indicación Geográfica) y una bodega que se especializa en vinos clásicos”, finaliza Fleck.

(*) Periodista gastronómica

¡Si te gustó esta data, compartila con tus amigos!

ÚLTIMAS NOTICIAS

Scroll al inicio