De vender empanadas en su casa a tener su propio local desde hace 19 años: esta es la historia de Lo de Villalpando

La historia de Lo de Villalpando comenzó hace 19 años, cuando Gustavo Villalpando se quedó sin trabajo. La necesidad de generar ingresos lo hizo volver a sus raíces y que comenzara a hacer eso que había aprendido desde su infancia en Salta: replicar las empanadas y las comidas que preparaban sus familiares.

De a poco y debido a la aceptación de su propuesta, pudieron abrir un local del que participaron distintos amigos para poder armarlo e inaugurarlo.

Hoy, Lo de Villalpando es referencia a la hora de ir a comer comidas típicas y esa parte de la historia nos la cuenta el mismísimo creador.

-Están cumpliendo 19 años ¿cómo arrancó esta historia, la idea de abrir el restaurante?

La idea de abrir el restaurante la tuve desde que vine a Córdoba, cuando veía que no había un lugar donde se pueda comer las cosas que se comían en Salta (desde mi infancia) y dije que en algún momento lo iba a poner. La oportunidad fue lamentablemente ante una pérdida laboral. Sin laburo, lo que hacíamos de manera informal muchas veces en mi casa, con mi esposa, los fines de semana vendíamos empanadas para gente amiga y encargos que nos hacían. Decidimos que era el momento de apostar a ese conocimiento y a esa sabiduría heredada que eran las ollas de la abuela y poner en práctica eso. Así que en 2004, laburé en otro negocio gastronómico y ya empezamos a buscar un local. Conseguimos un local y abrimos el 7 de agosto del 2004 en el local de la rotonda, cerca de la rotonda del ala, en Fuerza Aérea.

El local hoy.

-¿Cuáles fueron los momentos más difíciles que tuvieron que sortear en todo este tiempo?

La pandemia creo que fue el momento más duro y más dramático para nosotros, con esa incertidumbre como gastronómicos, como sociedad y como familia. Esa fue la más dura, muchas pérdidas cercanas. Momentos económico, ha habido varios en crisis habituales de la Argentina. El 2008 fue un momento complicado, con la crisis del campo, algunos paros, falta de mercadería, de stock. Pero después, gracias a Dios, siempre fue en crecimiento y fuimos haciendo, creciendo, en forma moderada y a paso lento. En la medida en la que fui aprendiendo también, porque nunca habíamos estado en el rubro comercial, y gastronómico menos, entonces fuimos aprendiendo del rubro y aprendiendo de los vaivenes de la economía argentina y de nuestra propia experiencia, fuimos creciendo y afianzando un estilo que eso nos permitió ir salteando estos obstáculos.

-¿Y cómo se hace para permanecer tantos años?

La verdad que permanecer es importante, pero me parece que también lo más importante fue saber de dónde salimos y nunca olvidarlo. Nacimos de un proyecto familiar exclusivamente. Fue para mí haberme quedado sin laburo y tener una fuente laboral, fue el camino para poder sostenerlo durante tanto tiempo y permanecer. Hoy que mis hijos están grandes, que mi esposa se suma también ya con los hijos criados a la empresa, el aprendizaje y todo lo que fuimos haciendo, creo que fue el camino para que esto permanezca durante tanto tiempo. Haber creído en un proyecto, haber trabajado en forma honesta con los clientes y con los proveedores y haber sostenido un modelo de gestión que está basado básicamente en la honestidad.

Las empanadas, un clásico.

-Son una referencia a la hora de ir a comer comidas típicas ¿por qué creés que la gente los elige cada día?

Creo que la gente nos elige todavía por lo que decía antes, cuidamos cada detalle, la materia prima, los productos que ofrecemos, la atención y que tenemos en claro, desde el principio, que era un concepto el que generamos y que tenía que ver con que la gente disfrute del lugar, de la cocina, de los vinos, de los postres, la música y, además de eso, la ambientación que esté acorde a lo que ofrecíamos. Entonces, siempre fue un combo mucho más barato que estar en Salta o que irse desde acá hasta Salta para poder saborear o vivenciar esa experiencia. Hoy, a pesar de que hay mucha oferta gastronómica, nosotros cuidamos cada detalle y la gente va a Salta y nos dice que no comieron a veces empanadas tan ricas como las que hacemos nosotros. Ese es nuestro distintivo, y por eso seguimos no solo cuidando la calidad, sino mejorando permanentemente en cuanto a la experiencia, porque ya no es lo mismo que cuando yo hacía una empanada en mi casa, a tener la cantidad, la venta y los procesos que hoy nos han permitido el aprendizaje y tener muchísimos más cuidados y recursos para que las cosas salgan mejor.

-¿Qué habrá este mes para festejar el aniversario?

Aunque el local se abrió en agosto del 2004, los festejos grandes van a ser en el mes de septiembre, que es cuando nos cambiamos al único local abierto actualmente, que es el de Fuerza Aérea 2450. Ya hay algunas noches que tenemos descuentos en bebidas, tanto en vinos como en tragos, y además de sumarse algunos productos que no estaban en la carta y que vamos a hacer excepcionalmente. Así que en el mes de septiembre se van a hacer distintas noches temáticas una por semana, donde además de los descuentos que va a haber en la semana en productos, también vamos a hacer sorteos importantes para que la gente participe y ni hablar de los músicos que vamos a convocar para que puedan disfrutar junto a nosotros.

Contacto

Lo de Villalpando está en Fuerza Aérea 2450. Teléfono: (0351) 158-078561.

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