Cómo es la vida y qué comen en Qatar

Por Alan Levy para Vinómanos

Estamos todavía asimilando el impacto del aterrizaje en Qatar, que fue bastante de emergencia. Y mientras nos preguntamos acerca del alcance de nuestro sueño futbolero, nos surgen otros interrogantes: ¿cómo es la vida allí? ¿Qué hacen, comen, beben y sueñan sus ciudadanos, con y sin Mundial?

Entrevistamos a Marcelo Gilardoni, ex embajador argentino en Qatar, y a Rashid Alí García, periodista albiceleste y amplio conocedor de Medio Oriente: compartió tiempo junto a Diego Maradona durante su estadía en Dubai y lo plasmó en un libro. 

Ambos nos brindaron un amplio panorama del país anfitrión y las tradiciones de Qatar. Lee con atención: también tenemos bonus (food) tracks.

Tradiciones de Qatar: no somos tan distintos

Gilardoni conoce la región. Hace pocos meses dejó su puesto en Qatar, pero ya había sido embajador argentino en Arabia Saudita, Baréin y Omán. Lo primero que nos cuenta es que se pueden establecer algunas similitudes entre los países del Golfo y la Argentina

“Compartimos muchos valores y puntos en común. El rol que en el mundo árabe se le da a la familia, a la amistad, a la palabra y a ser anfitrión en una casa o en un evento, por ejemplo. También el mirarnos a los ojos y la importancia del saludo. Esto se explica porque la inmigración en Argentina ha sido en gran medida mediterránea del sur de Europa, que tuvo influencia de la cultura árabe durante mil años”, describe. 

Pero las diferencian se amplifican con la falta de conocimiento del otro: “Es como si nuestra imagen fuese gauchos, pampa, carne, Maradona y Messi, y somos mucho más que eso. Ellos también son más que petróleo, desierto, dólares y camellos. Desde mi función intenté salir de esos estereotipos en pos de generar intercambios y negocios, y generar confianza comercial”, subraya. 

Leyes y salarios en Qatar

Rashid Alí García describe algunas diferencias fundamentales, incluso ante la ley: “De los 3 millones de habitantes, el porcentaje de nativos es de uno cada diez. Hay que entender en qué marco legal se mueve esa pequeña población. Son leyes muy rígidas, que incluyen desde la deportación para delitos de menor valía hasta la pena de muerte para casos de extrema gravedad. Están regidos por una ley que en muchos países de mundo árabe ya ha quedado obsoleta, la Sharía”, advierte. 

Ambos entrevistados describen a nativos e inmigrantes. Los que llegan desde Occidente suelen ser mandos medios y altos en empresas cataríes o multinacionales. El resto en general se dedica a servicios, como gastronomía, hospitalidad, construcción. “El día a día del catarí es bastante distinto al de los extranjeros. Tienen alto nivel de vida y viajan muchísimo. Recorren circuitos en la ciudad que no se cruzan con los de los inmigrantes”, describe el ex embajador.

Alí García amplía estas diferencias sociales explícitas: “Los inmigrantes que trabajan en rubros de servicios reciben salarios ínfimos, 500-600 dólares, en uno de los países con el costo de vida más alto del mundo. Viven alejados de sus familias y duermen hacinados, en habitaciones para 8 individuos en edificios precarios. Terminan siendo las personas más gratificantes con las que relacionarse. Los cargos de mayor rango están reservados a los locales, que hasta en un mismo rango cobran mayor sueldo que los no nativos”, detalla Rashid.

Acatar en Qatar: costumbres y culto al emir

El clima, la geografía y la religión son aspectos fundamentales para comprender el funcionamiento del país y las tradiciones de Qatar. Gilardi subraya que “el estilo de vida es muy interior debido al clima, salvo en los meses en que las temperaturas y la humedad descienden, de fin de octubre a principios de abril”. 

Alí García amplía: “Las actividades típicas tienen que ver mucho con lo religioso. El día sagrado es el viernes, día de reunión al mediodía en las mezquitas. Soy musulmán converso y son parte de mi rutina los cinco rezos diarios y la comida y no tanto la kendora y ghuttra (túnica y turbante), que solo uso en algún evento muy protocolar como una boda o ciertas reuniones laborales”.

Al respecto, le preguntamos por valores musulmanes que modelan el comportamiento social: “Son silenciosos y pacientes. Se mueven con mayor lentitud que las sociedades occidentales porque la paciencia es una de la virtud más remarcada en el islam”.

El periodista también se expresa acerca de las particularidades de vivir en un emirato en donde abunda el culto a la personalidad: “Es complejo entender a las monarquías no constitucionales. Implica entender a las familias de árabes más ortodoxos y su organización en forma de tribus. Cada tribu controla diferentes regiones y cada una tiene sus modos y conductas particulares”.

“La monarquía, si bien no tiene un rey, es regida por un emir, su familia y su tribu. Los locales -cuenta- rinden pleitesía permanente: se pueden observar las imágenes del emir e hijos en las calles, casas y hasta autos de las familias locales”.

Fútbol y mujeres

Alí García considera el Mundial como una jugada geopolítica en la que el país se muestra como moderno y pujante, aunque no sea tan así: “Hay restricciones en el día a día, como la prohibición de las demostraciones de afecto entre parejas, aunque se va flexibilizar la ilegalidad de las relaciones homosexuales. Las costumbres y leyes más estrictas tendrán un respiro durante un mes y luego dirimirán sus contradicciones internas –sobre todo con la ortodoxia islámica– puertas adentro”.

Sobre la situación de las mujeres en el marco de protestas por la ampliación de sus derechos, Rashid opinó: “Desde la Primavera Árabe, toda la región está viviendo un cambio. Hoy, en los países del Magreb está bien marcada esa apertura y ya casi no se ven velos en mujeres jóvenes. El mismo Dubai, polo máximo del turismo del Golfo, es ya una ciudad mucho más europea que lo uno imagina como árabe, y Qatar va en el mismo camino”.

Pero en el idioma del fútbol prima el monoteísmo y el periodista estuvo en contacto con la divinidad máxima: el Diego. Escribió “Alhamdulillah, Gracias a Dios”, un libro que recopila anécdotas e historias vividas muy cerca del inolvidable astro del fútbol mundial. 

Alí García se explaya: “Con Diego trabajé entre 2011 y 2018. No fui su empleado ni amigo, pero compartimos el día a día en Emiratos Árabes. Fueron impensados los desafíos laborales al tratarse de una figura de tamaña envergadura. Me quedo, en especial, con las anécdotas de sus desinteresados gestos solidarios hacia mí, mi familia o terceros de los que fui testigo. Hago una permanente apología del agradecimiento hacia Maradona porque le debo la más maravillosa etapa de mi vida profesional”, cuenta con emoción.

A falta de cocktails, mocktails

El ex embajador describe la gastronomía de Qatar apelando a la historia: “Por tener acceso al mar, hay mucho producto marino muy especiado, comida influenciada por cultura india, africana y del Medio Oriente mediterráneo, como Egipto, Siria y Líbano. Mucho se explica por cuestiones inmigratorias y porque el Imperio Otomano dominó la región hasta la Primera Guerra Mundial”. 

En cuanto a los postres, la miel, el cardamomo, los dátiles, los frutos secos, la masa filo y el agua de azahar, que son los principales elementos, se acompañan con “mucho té rojo y café árabe, que tiene un tostado especial y se bebe especiado”.

¿Pero cuál es la bebida típica de Qatar? El té especiado con leche, conocido como Karak. Rashid lo toma a la hora del postre, momento en que opta por delicias de lo turco y lo sirio, como el namoura (un pastel de sémola), knafeh (pastel con cabellos de ángel) y especialmente los zainab (buñuelos dulces) porque le recuerdan a su abuela siria.

Y dado que el consumo de alcohol no está permitido, ¿qué toman los cataríes en su reemplazo? Gilardoni explica: “Los extranjeros pueden consumir alcohol en lugares habilitados. Para comprarlo, necesitás tener una tarjeta especial. Los locales, como no pueden tomar cocktails, toman mocktails, es decir, sin alcohol, muy azucarados, frutados y especiados”.

Tiempo de descuento: más gastro low cost en Qatar

Tal como te contamos acá, comer a precios razonables ya no es como buscar una flor en el desierto. Así lo confirma Bilan Biju, la influencer gastronómica catarí conocida como Foodgram QA

Atenta, nos cuenta que el siguiente listado está basado en sus favoritos y se pone a disposición en caso que quieran escribirle a su cuenta de Instagram: dice que estará más que feliz de acompañar a los argentinos en alguna recorrida gastro.

Omelette Kuboos. Omelette de huevos revueltos con tomate, chile (¡al final va al Mundial!), papas, cebollas en pan de pita con aderezos y queso. Lo conseguís en Al Banuche en el Old Airport por 3 QR (1 USD).

Falafel generoso. Bilan dice: “Esta porción de 15 bolitas de falafel crujientes no falla y, como es cadena, la conseguís en varios lados”. ¿Dónde? En Falafel Al Akawi, 5 QR, menos de 2 USD.

Shawarmas de pollo y carne. Si no clavaste shawarma en Qatar… ¿realmente visitaste Qatar?, dice nuestra amiga, que recomienda probarlos en Jabal Lebanon (7 QR el de pollo, 8 QR el de carne, menos de 3 USD). Si no querés el pan de pita y lo preferís en una caja tenés que ir por el Shawarma Hammoudi, en Shawarma Basha. Probalo con salsa blanca, pero ojo con la salsa roja, que se pone picante (15 QR, 5 USD).

Como Dios Mandi. El mandi es un arroz basmati especiado, con pollo grillado o trozos de cordero. La influencer recomienda Al Katem y dice que optemos por el arroz rojo dado que es espectacular (20 QR el de pollo, 40 QR el de cordero, 5,5 y 11 USD, respectivamente).

Yemení. Se trata de carne picada estofada con tomates, zanahorias y papas, servida con pan yemení tradicional. El lugar para comerlo es Yemen Hadhramaut y cuesta 25 QR, unos 7 USD.

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