Cinco platos para probar en Bogà Cocina Fusión, lo nuevo de zona de Tribunales

Por Valentina Livolsi (*)

Bogà Cocina y Fusión es de esos lugares que, poco a poco, se va a abrir camino a paso marcado en la ciudad de Córdoba.

Ubicado en Arturo M. Bas 126 y frente al Paseo Sobremonte esta novedad gastronómica amalgama una cocina tradicional con un guiñito que le dan las técnicas culinarias de diferentes partes del mundo en manos de su chef. También tienen opciones de cocina sin tacc, veggie y vegan, lo cual me resulta genial.

Emplazado en lo que fue primeramente un salón de baile –tipo academia– y luego un reconocido bodegón en la zona, Bogà mantuvo la estructura y preparó cada ambiente para el disfrute, sea en el salón o en el patio externo. 

Están en proceso de armado de la cava, que prometen será una joyita. Otra razón para volver. Uh, y la carta de brunch. Y la cafetería. En fin, volver siempre volver.

La barra, pero no de baile.

El concepto de ser de este espacio invita a escaparse, aunque sea por un rato, del movimiento y del ritmo en en que estamos inmersos día a día. Coronados por el verde de los árboles, plantas por doquier, paredes con ladrillos expuestos… calidez, modernidad y diseño en cada detalle y rincón. La vajilla, la cristalería, la música. Todo seleccionado en conjunto y buscando que cada cosa tenga su razón dentro de esta historia. 

La atención que brinda el equipo sigue esta línea conceptual también: un grupo relajado, moderno y cálido. Todo es prolijo y a tiempo. 

Sin mucho más preámbulos, paso derecho a la experiencia per sé: qué bebimos y qué comimos con el top cinco de los platos elegidos de la noche. 

Entradas

Arrancamos con unos vermucitos de La Mala María. No le errás. El Bianco Refuge de estilo francés a base de Pedro Giménez y el Rosso Cacciatore estilo italiano, con base de uva Ancelotta. Fresquitos e ideales como siempre, como aperitivo. La liturgia de cada ceremonia. 

Mientras tanto: las entradas. Pedimos para compartir y poder descubrir los diferentes sabores y texturas que, desde la cocina y con Matías Pereyra al frente –cocinero con mucha, mucha historia en la gastronomía cordobesa– esperábamos ansiosos en la mesa. Si hay hambre, que se note. Ah. 

ANTICUCHO DE ENTRAÑA: Con provoleta y salsa criolla. 

TONG STEAK: Bifecitos crocantes de lengua de ternera braseados, con chucrut y alioli.

ALFAJOR CAMEMBERT: Queso Camembert grillado relleno de hongos de pino, tomates confitados, verdeo con polvo de nuez. (¡Virgen Santísima de todos los cielos, qué cosa rica, qué cosa bien hecha!).

LANGOSTINOS: Al ajillo. 

Se nos terminó el vermut y pasamos al vinito. En este caso y respecto a los platos, nos fuimos con el Naranjo de Paso a Paso Wines. 

Charla va, charla viene, afuera llovía a cántaros y ni nos dimos cuenta, sonaba Jungle. Llegaron los principales.

Principales

CANNOLI CROCANTE: Relleno de queso Filadelfia y espinacas salteadas con ajo y calabaza asada, acompañado con salsa de ave. 

ENSALADA BOGÀ: Hojas verdes como rúcula, escarola, berro y lechuga, manzana, queso Brie, tomates confitados, salmón rosado y aliño cítrico. 

OJO DE BIFE: Madurado en costra de ajo blanco con papines, hongos portobellos y panceta a la crema.

MATAMBRE DE CERDO: Marinado en limón y jengibre con cremoso de zapallo negro. 

Acá las copas se llenaron de un Puro Blend Malbec-Cabernet Sauvignon 2018, que vino como anillo al dedo. Como el ying al yang. Como el par de la otra media. 

Una explosión de sabores, como cuando el primo ratoncito de Ratatouille prueba queso y uvas al mismo tiempo. Fuegos artificiales. Disney en las papilas gustativas. Todos encantados. Las porciones de los principales, tremendas. Manteniendo ese estilo bodegón, pero imprimiendo su esencia en lo ya conocido, lo ya hecho. Un gran mérito. Siento que podría prescindir de todas estas palabras y simplificar esto con un “mmmmm ñam ñam” pero no es mi costumbre. Y la verdad es que Bogà merece estas humildes palabras, a modo de agradecimiento. 

Postres

Para culminar la noche, no podíamos hacernos los giles y saltarnos el postre. A lo clásico nos remitimos: si estos están bien, el resto de la carta no falla. 

PANNA COTTA DE VAINILLA: Con coulis de fresas y masa filo. (Excelente un 10 me da un asereje).

VOLCÁN DE CHOCOLATE: Con quenelle de americana sobre crumble. 

La grandeza de lo simple. Lo real en cada plato, lo tangible, lo experimental. Todo en Bogà funciona y abrieron hace menos de un mes. No dudo que esto seguirá mejorando en mínimos detalles, para dar lugar a grandes momentos. La belleza en lo elemental.  

EL TOP FIVE QUE MÁS NOS COSTÓ –la única discusión de la mesa anoche fue para armar este podio– PUES TODO ESTABA RI-CA-ZO (en esta selección van entrada, principal y postre)

Me arriesgo:

1-Langostinos al ajillo

2-Tong Steak

3-Alfajor de Camembert

4-Ojo de Bife

5-Panna Cotta de Vainilla

Al resto me lo descubren visitando a Bogà, ¿tamo’?

Gracias Lucho por la invitación, por escuchar atento nuestras devoluciones y por darnos respuesta a cada inquietud que nos surgió. 

Gracias a todo el team por la atención y a Matías por charlar con nosotros un rato largo.

(*) Sommelier

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