Barilatte, 40 años ofreciendo helados genuinos y de calidad

Martín Oddo conoció el helado siendo solo un niño. Pero a diferencia de los otros niños, los helados se convertirían en su mundo. La empresa Barilatte, por aquel entonces llamada Bariloche, fue fundada por su padre, Juan Carlos, en el año 1982.

“Él venía de otro rubro pero, en sociedad con otra persona, quiso incursionar en el negocio de los helados”, cuenta, convertido en CEO y segunda generación de la marca, a Circuito Gastronómico.

Comenzaron con un solo local, que aún se mantiene, en Chacabuco casi esquina Corrientes, en pleno centro de la ciudad de Córdoba. Por aquel entonces, el mercado del helado era algo muy distinto a lo que conocemos hoy. Con los años, ese mercado fue mutando y cambiando: fueron apareciendo nuevos jugadores que redefinieron las tácticas y estrategias.

Comenzaron con un solo local que aún se mantiene, en Chacabuco casi esquina Corrientes.

La Marca se mantiene más vigente que nunca. “Es gracias a la buena gestión y a ideas muy claras que tenía mi padre sobre lo que era hacer un producto genuino y de buena calidad”, destaca.

Artesanal no, pero sí genuino

Barilatte lleva 40 años ofreciendo helados genuinos y de calidad.  “Cuando nosotros nos referimos a un producto genuino quiere decir que, si decimos que es un helado de frutilla, tiene frutilla”, remarca Martín.

Barilatte lleva 40 años ofreciendo helados genuinos y de calidad.

Esta aclaración marca la antesala de una eterna discusión: ¿Son los helados artesanales superiores? Martín, y la marca que representa, tienen una postura bien definida. “Para nosotros, el heladero artesanal es el que tiene una sola boca, cuenta con una carta de productos que va elaborando a medida que se le van terminando, es decir, que no acopia”, detalla. Y continúa:Eso no significa que sea mejor ni peor”.

Bariloche, hoy Barilatte, es una cadena que cuenta con 15 locales (y uno más que abrirá próximamente), lo cual siempre implicó que tuvieran una gran producción para poder abastecerlos.

Cuidar el producto

La empresa tuvo que entender que para tener una economía de escala y estar en los precios de mercado, debían industrializar el producto. “Así lo hicimos, pero siempre cuidando el perfil, el producto y sus características, utilizando las mismas materias primas que traíamos originalmente”, cuenta Martín.

El trabajo fue arduo, pero se logró. Esa estabilidad que lograron a través de los años fue todo un proceso detrás de la marca para que ese producto siempre sea igual como desde hace 40 años, a tal punto que ya está instalado como premisa: “con Barilatte, nunca te clavás”.

De Bariloche a Barilatte

Previo a la transición de marca, Martín ya trabajaba en la empresa familar. En el año 2002, se separó del negocio y armó la segunda marca del grupo: Helados Glups. Se trataba de una marca más masiva, con desarrollo de productos de impulso para vender en minipuntos y drugstores. Posteriormente, y a medida que el producto fue avanzando, abrieron heladerías.

“Éramos familia y estábamos en distintos nichos. Así que las dos marcas fueron avanzando en forma paralela”, explica.

Tras el fallecimiento su padre la empresa entró en sucesión y Martín terminó comprándola. “El proyecto que teníamos era fusionar todo dentro de la misma estructura, para poder potenciar y aprovechar todo el potencial que teníamos para hacer crecer a Bariloche”, cuenta. No obstante, se enfrentó a algunas inconsistencias propias de una empresa que había sido fundada hacía muchísimos años. Una de ellas, la marca nunca había sido registrada.

Queríamos instalarla, franquiciar, y – obviamente- no era correcto franquiciar una marca sin registro”, explica. Además, la marca necesitaba un restyling. “Venía con un diseño de hacía muchos años, y decidimos hacerle un cambio integral”, cuenta.

El rediseño

Bariloche se convirtió en Barilatte, conservando la esencia del nombre original y agregando latte (leche), materia prima fundamental para la preparación del helado. Se conservó el amarillo como color predominante, se modificó un poco el concepto, se le incorporó una cafetería más gourmet, una nueva carta de sabores y nuevos productos.

Bariloche se convirtió en Barilatte.

Indefectiblemente, en la planta donde se elaboraban los helados se hizo urgente una imagen comercial. Es ahí donde nace Odo Group, una empresa que opera, produce y comercializa cuatro marcas de helado, Barilatte y Glups son dos de ellas.

Ese proceso nos llevó casi tres años y tuvo muchísimos desafíos. Por suerte, teníamos experiencia en el rubro y sabíamos en lo que nos estábamos metiendo”, reconoce Martín.

Sus hijos ya están en el rubro. Hoy la marca sigue escalando. La oferta de productos y la demanda de los mismos es más que satisfactoria. “Nuestro objetivo para los próximos años es llegar a las 50 bocas”, finaliza.

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