Alimentación saludable: ¿Qué es? ¿Cómo podemos implementarla en nuestras cocinas?

Por Victoria Carando Vera (*)

Cuando sugerí que armemos esta columna para Circuito Gastronómico, se me hacía necesario poder aportar un poquito a este gran mundo de la alimentación. Hoy con mucho entusiasmo hago la primera entrega y me gustaría definir primero a qué me refiero cuando hablo de “Alimentación saludable”

Muchos piensan que este término está de moda y tal es así, que hasta las grandes marcas de comestibles lo vienen usando de manera estratégica para vendernos sustitutos alimentarios que lejos están de ser lo que describen sus etiquetas de vistosos colores y prometiendo nutrirte con vitaminas y fortificados en laboratorios. Pero no se preocupen, otro día les contaré más sobre eso.

En las últimas décadas, el estilo de vida actual nos ha ido alejando de la comida elaborada, hecha en casa, con ingredientes de nuestro entorno, que favorecían a las economías familiares y almacenes de barrio que hasta ese momento, ofrecían algunos insumos para cocinar o productos elaborados simples con ingredientes nobles. 

Nala, es la tienda de productos saludables de Victoria.

¿Qué comemos?

A cambio, ese espacio abandonado fue tomado de manera creciente por la “industria alimentaria”, catapultada desde luego por grandes agencias de publicidad y marketing, que escondían datos para que creamos que estábamos ingiriendo alimentos llenos de valor nutricional. En verdad, lo único que recibíamos era un bombardeo de harinas refinadas, azúcares con diferentes denominaciones en enormes proporciones, bastante sal, grasas y aceites hidrogenados, colorantes, aromatizantes, conservantes, aditivos y un sinfín de códigos impronunciables, muchos ya prohibidos en otros países por el riesgo que suponen para la salud. 

Con la expansión de los supermercados y góndolas atestadas de comida en caja, comenzamos a ver el aumento avasallante de productos procesados, ultraprocesados y paquetes de todo tipo, desconociendo totalmente el origen de sus ingredientes, que ya hacía rato dejaban de ser locales y mucho menos libres de venenos.

¿Qué hacer para comer mejor?

Hoy por hoy, frente a la innegable crisis ecológica, ambiental y sanitaria que acecha nuestros territorios con el agronegocio como base, deberíamos pensar a la alimentación saludable como ese regreso a la comida real, genuina, amorosa, verdadera, la que nutre en todo sentido y desarrollaban pacientemente nuestras abuelas y abuelos, retomando los conocimientos ancestrales de sus sabias recetas que también curaban, pues coexistía el saber profundo de las plantas y el respeto a las mismas. 

Es fundamental pensarnos en redes colectivas de consumidores que buscan vincularse con el planeta de manera responsable e informada, reconociendo los ciclos y temporadas naturales, eligiendo frutas y verduras de estación, en lo posible apoyando a redes de pequeños productores agroecológicos, en ferias, redes de trueque, compras comunitarias y hasta incluso desarrollando nuestra propia huerta y compostaje. 

En este sentido, que nuestra comida sea sustentable, es tan importante como elegir alimentos de buena calidad y origen. De poco sirve comprar productos con algún beneficio nutricional, si con ello fomento una huella de carbono de miles de kilómetros y a la vez me estoy perdiendo en esa elección la posibilidad de encontrar alternativas más próximas a mi región para ese beneficio que busco.

Mirar al futuro

Creo que es hora de tomar conciencia de cómo queremos vivir, qué lugar queremos dejar a las generaciones jóvenes y cambiar nuestros hábitos de consumo urgente.

Volver a cocinar como podamos, como nos salga y como más nos guste sin juzgarnos, honrando la abundancia de la naturaleza y su generosidad infinita, para ser de a poco, soberanos de nuestra alimentación y salud, porque ambas están relacionadas íntimamente y es lo que nos dará en última instancia una conexión más profunda con nuestro cuerpo y espíritu en el sentir, pensar y hacer. 

Cierro con esta frase de Natalia Kiako, gran referente culinaria, que dice: “La cocina es un derecho, una responsabilidad y un privilegio a la vez. Ojalá podamos ejercerlo, contagiarlo, brindarlo y sobre todo disfrutarlo”.

Muchas gracias y hasta la próxima. Les estaré compartiendo recetas y tips dentro de poco, así que estén atentos a más columnas de Alimentación Saludable en Circuito Gastronómico.

(*) Directora de Nala Tienda Saludable

ÚLTIMAS NOTICIAS

Scroll al inicio